Trabajo extiende las inspecciones a temporeros que están en la vendimia

Sindo Martínez XINZO / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Daniel Portela

Los alcaldes de A Limia exigen mesura en los expedientes abiertos a los patateros

27 sep 2017 . Actualizado a las 16:37 h.

Las inspecciones de Trabajo para comprobar que todos los que trabajan en el campo tienen contrato no solo afectan a los patateros de A Limia. Los empleados públicos se han dejado ver también entre las cepas de los viñedos de Monterrei y Ribeiro durante la vendimia que está en marcha. Y han abierto varios expedientes, causando alarma en el sector, que defiende que, por tradición, en Galicia los vecinos y los familiares ayudan de manera desinteresada en las labores del campo (o con el interés de recibir de vuelta el favor, pero nunca con dinero de por medio).

«Levan abertos varios expedientes, e dan moito traballo porque hai que presentar alegacións», explica Xosé Ramón González, responsable de agricultura en Unións Agrarias, sindicato al que acuden algunos de los afectados para recibir asesoramiento. El recurso se basa en el código de buena vecindad, que reconoce la legalidad de estas prácticas. «É ridículo que busquen o fraude á Seguridade Social entre agricultores», señala González, para después destacar que la presencia de los inspectores acompañados por dos agentes de la Guardia Civil es algo nunca visto. «Cheguei a pensar que era unha broma, porque sen dúbida é un exceso», añade.

La postura oficial

La constatación de las primeros expedientes de sanción contra vecinos de A Limia por recibir ayuda de vecinos y familiares en las labores de recolección de la cosecha de la patata o por colaborar sin cobrar en las faenas del campo ha provocado el malestar entre los regidores y ediles de la comarca antelana.

El teniente de alcalde de Xinzo, Manuel López, no ocultó su estupor por lo sucedido: «Hai unha longa tradición de axudar aos veciños e familiares na colleita. Penso que non existe ningunha irregularidade desa práctica se non se remunera economicamente», opinó. El portavoz del grupo independiente Xinzo Adiante, Manuel Pérez, anunció una moción para que el Concello se posicione sobre esta cuestión. «É conveniente asesorar aos agricultores para que coñezan a normativa», dijo, tras reprochar el exceso de celo de la Inspección.

Otros regidores fueron más contundentes. El de Sandiás, Felipe Traveso, expuso: «Yo mismo cojo patatas en alguna finca y vienen varios amigos de Ourense a ayudarme. Se hace desde siempre. Es una prueba de buena vecindad y algo totalmente normal. Sancionar eso no tiene sentido. No tengo noticias de que se hayan producido multas aquí, pero la gente está muy preocupada por estas inspecciones». El alcalde de Trasmiras, Emilio José Pazos, reconocía también la alarma vecinal. «Es normal que se controle a grandes patateros que pueden tener a gente trabajando sin contrato, pero son casos contados. No es algo lógico que se sancione a un padre jubilado por echarle una mano a su hijo en los días de la recolección, por ejemplo conduciendo un tractor».

Con el libro de familia

Varios vecinos de Xinzo tuvieron que desplazarse ayer hasta la Inspección de Trabajo de Ourense para presentar documentación -incluyendo libros de familia y DNI-. La aportación de esta documentación busca demostrar el vínculo con la persona a la que estaban ayudando cundo fueron sorprendidos por los inspectores.

«Pago todas as cotizacións dos temporeiros cos que traballo»

s. m.

Daniel Joga es, a sus 21 años, uno de los mayores productores de patata de A Limia, con cerca de dos millones de kilos de tubérculo recolectados a mano y otros tres con máquina. Todos los años contrata a un grupo de operarios -en esta campaña serán 30, la mayoría de origen magrebí- para la recolección manual del tubérculo, que tiene su punto álgido a finales de septiembre. La ventaja de no usar recolectoras es que el producto es almacenado con menos golpes en su carne, sale más limpio de tierra y se envasa en perfecto estado en los sacos. El tubérculo cogido a mano se vende a unos tres céntimos el kilo por encima del levantado con maquinaria, y eso al sumar toda la cosecha, es mucho.

«Pago as cotizacións sempre e non teño a ningún operario en situación irregular», destaca el empresario. ¿Qué opina de los controles en las fincas? «Paréceme ben que controlen a produtores coma min, pero o non é correcto que vixíen a xente porque lle está axudando na colleita o seu pai xubilado. Iso é abusivo. Se eu lle vou botar unha man a un amigo nun momento dado e outro ven facer o mesmo comigo e non hai cartos de por medio, non ten que haber inspeccións ou multas», responde.

«Collemos para autoconsumo e sempre nos axuda a familia»

MIGUEL VILLAR

María Rosa Baceirelo es una vecina del pueblo de San Pedro de Laroá, en Xinzo de Limia. Ayer acometió junto a familiares y allegados las labores de recogida del tubérculo de una pequeña finca cercana a su domicilio, cuya producción destinará al autoconsumo. No ocultaba mientras trabajaba en la tierra que muchos lugareños temen las inspecciones de Trabajo, tras los rumores sobre la apertura de expedientes sancionadores. «Non son agricultora profesional e non tería sentido que viñeran a inspeccionarme. Tódolos anos veñen familiares de Lobios a axudarnos. Pasámolo día xuntos, recollemos as patacas e preparamos unha churrascada. É case como un día de festa», contaba.

Baceirelo defiende que los controles de Trabajo en las fincas deberían centrarse en los grandes productores profesionales. «Son poucas as persoas que teñen un rancho de temporeiros. Agora está todo mecanizado. Aquí nos xuntamos sete persoas para recoller o produto nesta parcela», asegura. Y remarca: «Ninguén gaña cartos con isto. Sería absurdo que viñera alguén a levantar actas ou a multarnos polo que facemos». E insiste que pese al recelo que han despertado en la comarca los inspectores ella no tiene ningún temor a sanciones.