La tradición en un plato de madera

sindo martínez XINZO / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Medio siglo lleva el padre preparando pulpo á feira, como también hace su hija

21 mar 2016 . Actualizado a las 12:37 h.

Más de medio siglo de pulpeiro profesional  convierten a José Carrera Santana, «Pucho», en uno de los más experimentados surtidores de pulpo á feira de la provincia. A sus siete décadas de existencia, Pucho comparte el negocio familiar con sus dos hijas y su mujer. Aunque Alejandra, con treinta años menos, lleva más de dos décadas siguiendo la tradición familiar, que más que longeva es secular.

Profesionalidad: esa es la clave para la pervivencia en un negocio nada fácil de una saga. «En este negocio hay bastantes aficionados. Hay mucha gente que estos días tiene un puesto de pulpo en una esquina. Profesionales somos bastantes menos», asegura. Pucho -en A Limia casi nadie lo conoce como José Carrera- empezó en el sector cuando era un niño que iba a la escuela y ya tenía que ayudar a sus progenitores: «Por ejemplo, lavando el pulpo en el río, no es como se hace ahora, no había los medios que hay. También colaboraba con mis padres en otras funciones, lo que se podía».

Todo empezó con la bisabuela de Carrera. Pucho recuerda los cambios en el sector a lo largo de todas estas décadas. En el negocio han participado ya un total de cinco generaciones a lo largo de casi un siglo. Todo hace indicar que la posibilidad de una sexta generación no es algo descabellado de cara al futuro.

Carrera hace memoria sobre tiempos pretéritos: «Antes, hace treinta o cuarenta años, el pulpo era en comparación mucho más barato, pero no había el dinero que existe ahora, pese a la crisis. Se comía solo en Navidad o en eventos especiales». En aquellos tiempos, poder degustar con frecuencia una buena ración del rico cefalópodo era algo reservados para los más pudientes de cada pueblo. El resto, tenía que esperar a una gran ocasión.

¿El secreto del éxito de un buen pulpeiro? Sin dudar, Carrera responde de inmediato: «Se dicen muchas cosas sobre esto, pero yo lo tengo muy claro. Ni cocciones, ni historias. La clave es el producto, así de sencillo, debe ser de primera calidad, ahí está el fundamento de todo. Nosotros nos abastecemos con buenos profesionales, en O Carballiño, en Vigo; lo fundamental es el pulpo».

Su hija Alejandra respalda que piensa seguir con el negocio familiar cuando su padre sea más mayor: «A mí esto me gusta, llevamos ya bastante tiempo trabajando y pensamos continuar». Lo afanoso del trabajo no asusta a la hija de Pucho. Es un oficio que a veces es duro pero «aquí seguiremos».

Algunos días de feria, los bajos de la pulpería de Pucho están absolutamente a reventar. Es sobre todo en la época de verano, cuando están en la comarca cientos de forasteros, hijos de limianos, que viven en Alemania, el País Vasco o Cataluña. «Es cuando más clientela hay, con gran diferencia». Otros días no son tan propicios para comer el rico pulpo cada 14 o 27 de mes en Xinzo, recientemente un temporal de frío y agua nieve, propio de la temporada invernal, arruinó completamente la feria. En esos días, lo normal es que la gente se acerque a comprar y se lleve el pulpo a sus casas.

«Hace cuarenta años el pulpo solo se comía en eventos especiales», dice el padre

«Es un oficio duro pero aquí seguiremos», apunta Alejandra Carrera

En ocasiones dejan A Limia para llevar su producto fuera de Galicia

La familia recorre cada mes unas 18 ferias a lo largo y ancho de la comarca limiana y de otros municipios cercanos como Allariz o Cualedro. A siete euros la ración. En general, la clientela es fiel a esta familia de pulpeiros limianos. Algunos clientes son ya octogenarios, de toda la vida. Son las ventajas de llevar casi sesenta años al pie del cañón.

El septuagenario Pucho aclara que seguirá en el oficio sin dudarlo: «Mientras me encuentre bien y el cuerpo aguante».

A pesar de que la comarca antelana es la base natural de operaciones de la familia, en ocasiones especiales no han sido solo los antelanos los que han degustado su pulpo á feira.

Hace por ejemplo dos años, fueron reclamados a unas fiestas en Bilbao, donde hay miles de ourensanos y gallegos que en días festivos como el de Galicia, tampoco tienen ningún reparo en hacer patria y comer una buena ración. «Allí se está muy bien. Hay un nivel económico más alto que el de aquí, en A Limia, y se hace un buen negocio. El problema es que con el viaje, te pegas un palizón tremendo, son muchas horas de traslado y de luego trabajar. Es algo que hacemos en ocasiones muy puntuales», relata Pucho.

quiénes son

Tradición secular. José Carrera, de 70 años y Alejandra Carrera, de 42, son pulpeiros. El oficio familiar alcanza ya la quinta generación.

Dónde. La pulpería «O Pucho» ubicada en la calle San Roque, a escasos metros de la Praza Maior de Xinzo, es la más veterana de la comarca antelana.