La jota limiana no entiende de arrugas

SINDO MARTÍNEZ XINZO / LA VOZ

VILAR DE SANTOS

MIGUEL VILLAR

Avelina Limia, vecina de Vilar de Santos, de 89 años, mantiene viva la interpretación de romances en el rural antelano tras ocho décadas cantando y tocando la pandereta

22 dic 2016 . Actualizado a las 17:52 h.

a copla popular sigue viva. Son letras puramente joteras, entre la poesía y la chocarrería, a medio tránsito entre la brocha gruesa y el fino pincel. A sus casi nueve décadas de vida, Avelina Limia García sigue interpretando con insuperable ánimo romances propios de la tradición oral. Detrás está un acervo popular de siglos desde la aldea de Toxediño, en Vilar de Santos.

Limia, cantante-pandereteira de pro, tiene en la «xota» estilo limiano una de sus especialidades. Sus 89 años no son óbice para una perfecta entonación. Su buen humor, su socarronería y su picardía no se han apagado con el paso de los años.

La historia de Limia como coplera data de ocho décadas atrás. «Empecei a cantar de nena, dende sempre. Todo o aprendín na aldea», recuerda.

Los carnavales, las ferias o las reuniones en los fiadeiros eran las ocasiones propicias para entonar romances largos de historias del día a día. «Algúns duran dous ou tres minutos, outros ata case dez», explica la anciana, que considera que algunas de estas letras pueden tener siglos de historia.

Avelina ha pasado la práctica totalidad de su vida en el pequeño pueblo en el que sigue viviendo con su sobrino, José Luis Conde Limia. Pese a su evidente lucidez, en algunos aspectos, el paso del tiempo se cobra factura, como con algunos despistes con la pérdida de objetos. «Ata hai pouco tocaba a pandeireta, pero perdina non sei onde e agora non toco. Haberá que buscar outra», remarca.

Su memoria para recitar diez minutos de relatos costumbristas rurales sigue bien. «Agora recordo dez ou doce pezas, antes sabía moitas máis. O sentido vaise perdendo, a cabeza non é a de antes», reconoce.

Intérprete solitaria, como mandan los cánones del género, ha acudido en dos ocasiones al templo audiovisual del alalá galaico. «Fun xa dúas veces ao Luar, con Gayoso, pero xa hai varios anos», expone la anciana.

Consciente de que pocas cantareiras de su edad perviven en Galicia, Avelina confía en el relevo. «Hai xente nova que oxalá que recolla esta tradicións dos romances para que non se perdan», pide.

Las jotas de Avelina plantean dilemas vitales en una sucesión de estrofas encadenadas. El amor y las urgencias del cuerpo y del espíritu están casi siempre de trasfondo en las sonatas. Las letras de las coplas son, a menudo, más picantes que una ración de chile jalapeño con tabasco.

La obra maestra de Avelina es la «xota do gaiteiro». La narración cuenta el devenir de un músico vago, deseoso de casamiento con una soltera cuarentona. El hombre acude a pedir la mano de la amada a su progenitor con indiscutibles razonamientos.

Como en todo relato de sabiduría popular que se precie se pasa de inmediato de la trama-problema -«Farruco, a túa gaita trae á miña filla tola, pois nin come nin descansa, solo pensando na voda»-, al desenlace-solución -«Pois debes deixala casar, que despois de casadiña, gaita non lle ha de faltar»-.

Recopilación

Avelina es la más veterana cantareira tradicional de Vilar de Santos, pero no la única. Un reciente trabajo de recuperación de la memoria histórica oral de la zona, realizado por el músico portugués Tiago Pereira, en colaboración con el local de conciertos A Arca da Noe, redescubrió a media docena de músicos y cantantes del alalá local.

Diversas publicaciones y la labor del Museo Etnográfico de la comarca de A Limia tratan desde hace años de poner en valor la importante tradición oral de la zona.

Emigrante ocasional. Avelina Limia ha pasado la práctica totalidad de su vida en su aldea natal de Vilar de Santos. Pero también fue emigrante. Durante un breve período de tiempo vivió en Alemania, y después en Venezuela. «Aquilo foi algo ocasional, de pouco tempo, sempre quixen estar e vivir aquí», dice.