Alejandro Formoso: «Ás veces pasamos moita tensión»

Cándida Andaluz Corujo
Cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

VILAR DE BARRIO

Formoso posa en la cancha central, el kilometro cero de los grandes acontecimientos.
Formoso posa en la cancha central, el kilometro cero de los grandes acontecimientos. miguel villar

Tras 25 años en el servicio de mantenimiento ha visto la revolución del Pazo

08 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre está ahí. No es el protagonista, pero sin él muchos de los espectáculos que hemos vivido los ourensanos en los últimos 25 años no serían posible. Es Alejandro Formoso Formoso y trabaja en el servicio de mantenimiento del Pazo Paco Paz desde 1991. Tras recorrer, como emigrante, varios países de Europa e incluso en dos ocasiones el País Vasco, Victorino Núñez le dio la oportunidad de regresar a su tierra. Para trabajar en el Paco Paz, un pabellón casi a estrenar. Formaría parte del equipo de mantenimiento. Son muchas las historias de socios, aficionados a deportes, congresistas y artistas de todo tipo que ha vivido. Recuerda haber sido el encargado de montar, cuando el escenario se tenía que traer desde Lalín, el concierto de Chick Corea que inauguró el pabellón como zona de conciertos.

Y vivió los tiempos en los que por el Paco Paz pasaban los mejores artistas. Desde Alejandro Sanz a Joaquín Sabina, Miguel Bosé y todos los chicos de Operación Triunfo, cuando el bum de Rosa, Chenoa o Bisbal. No ha pasado demasiado tiempo de eso, pero ahora los conciertos son excepciones en el Pazo. Él no vivió en sus carnes las peticiones de «artista», como poner maqueta en el vestuario o tener botellas de whisky, pero conoció de boca de sus compañeros muchas de estas anécdotas. Se emociona cuando habla del tiempo pasado: «Había días que tras os concertos estabamos aquí ata as sete da mañá colocando todo». También vivió los años en los que se celebraran las ferias, que se desplazaron años más tarde a Expourense, y la llegada de las grandes figuras del baloncesto, cuando el COB llegó a lo más alto. Siempre en la pista, pero sin ver el partido. Vigilante para que todo estuviera en su sitio y salir presto si fuera necesario hacer algún arreglo.

 

Como una gran familia

Su paso por la emigración y el recuerdo de tiempos duros le lleva a afirmar: «Para mi estar aquí non é un traballo, é como unha festa». Asegura que los primeros años era todo como una familia, pero que el tiempo ha ido desplazando a otros trabajadores y remodelando el espacio. Aunque afirma, que el trato con compañeros y responsables es muy bueno. Dentro de un año se jubilará. Y al recordarlo se emociona: «Paree que non pasou o tempo», dice. También habla de responsabilidad, ya que de él y su compañeros depende que todo transcurra con normalidad, cualquier espectáculo. «Nunca pasou nada malo e o Pazo está preparado para calquera cousa. Pero ás veces, cando ves tanta xente tes que estar atento e pendente. E é moita responsabilidade». Recuerda las grandes fiestas del COB. «É normal que a xente festexe as cousas, pero nós estamos atentos a que nada ocorra. As veces pasamos moita tensión», dice. A la propia del trabajo añadirle la que siente en los grandes y cruciales partidos del COB. Pero esos momentos los vive de otra manera. Después de tantos años, Alejandro ha visto a mucha gente pasar por el pazo. Desde los usuarios a los trabajadores. Aunque, como trabaja toda la mañana allí, subraya que no suele ir por la tarde, ni utilizar las instalaciones a modo particular. Ya se sabe, en casa del herrero... Paz es el kilómetro cero de las instalaciones. Alejandro Formoso no puede ni contar las veces al día que la pisa. «Son instalacións de sobresaínte», afirma. Pero hay algo que tiene muy claro: «Contar cunha piscina sería revolucionario. Viría moita máis xente, porque é un servizo que moitos demandan», explica. Sin embargo, cree que la falta de espacio es el hándicap. El tiempo jubilación está cerca y ya lo imagina junto a su mujer, viajando y dando grandes paseos tanto en la capital como en su casa de Vilar de Barrio, en donde nació. Allí plantará alguna cosa en la huerta y disfrutar de sus dos hijos y de su nieta. Se mueve por el Pazo a sus anchas. Alejandro Formoso Formoso conoce cada uno de sus rincones. Dentro de poco podrá ser un espectador más y disfrutar de los espectáculos sin tensiones. Aunque, seguramente, la deformación profesional le obligará a estar siempre alerta

Instaló el primer escenario para un concierto

en el Pazo, el de Chick Corea

Cree que si hubiera piscinas en las instalaciones la demanda sería grandísima