Vivir pendiente de que corten la carretera

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO

VILAMARTÍN DE VALDEORRAS

Miguel Villar

Los vecinos de San Vicente de Leira en Vilamartín de Valdeorras llevan más de veinte años sufriendo problemas en los accesos a la aldea

18 ene 2023 . Actualizado a las 09:32 h.

La veintena de vecinos que viven en las aldeas de San Vicente de Leira y Robledo, en Vilamartín de Valdeorras, siguen sin poder salir o entrar con el coche del pueblo. La carretera de acceso está cortada desde el lunes por la mañana, después de que cediesen los tubos que canalizan un río bajo un puente y este se derrumbase en parte. Todavía queda espacio para que puedan pasar vehículos, pero el alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, decidió cortar el vial al tráfico ante el peligro de derrumbe. El puente no está sobre una base de hormigón, por lo que el peso de un turismo podía hacer que venciesen los tubos y se desplomara ese tramo de carretera. De esta forma los vecinos están incomunicados, una situación que todavía no se sabe cuánto durará. El Concello cederá la titularidad del vial de manera temporal a la Diputación de Ourense para que la administración provincial pueda actuar de urgencia en la carretera. De manera provisional se instalarán unas chapas de acero que permitirán salvar el puente con seguridad. Desde esta mañana hay una máquina trabajando en la zona, por lo que se prevé que la solución provisional esté lista pronto. «Imos intentar colocar unhas plataformas metálicas na parte de atrás do paseo de agua coa intención de pasar co tráfico rodado por aquela zona o máis pronto posible», apunta Barreiro. En todo caso, confía que a más tardar el jueves la situación quedará solventada.

Será una solución provisional a la espera de una actuación definitiva que llevará a cabo la Diputación. Esta todavía no tiene fecha, a la espera de que Confederación Hidrográfica Miño-Sil dé el visto bueno al proyecto de rehabilitación de la carretera, o al menos al relativo a esa parte, explican desde la administración provincial.

La carretera de San Vicente de Leira sigue cortada al tráfico.
La carretera de San Vicente de Leira sigue cortada al tráfico. MIGUEL VILLAR

Mientras la carretera no se arregla, los vecinos de las dos aldeas siguen incomunicados por carretera. Resisten resignados a la situación, como explica Leopoldo Nogueira, uno de los residentes en San Vicente. Él fue uno de los afectados por el corte, toda vez que ayer por la mañana salió de su casa para hacer unas gestiones y no pudo regresar. Al menos no hasta bien entrada la tarde. Sin querer más detalles, asegura que «amañei como puiden e pasei, pero vin cear e durmir á casa». Y así el resto de sus vecinos, que se mantienen en la aldea. «Estamos todos fastidiados, aquí ninguén pode estar contento, pero por aquí ninguén se rendeu, ninguén marchou», señala. Se refiere a que nadie ha decidido buscar un alojamiento alternativo fuera de la aldea mientras dure la situación. Ni temporal ni definitivo. En San Vicente saben bien lo que es estar pendiente de la carretera, de si tiene problemas que obliguen a cortarla al paso. Llevan sufriéndolo más de veinte años.

El agua pasó por encima del puente cortado en el acceso a San Vicente de Leira.
El agua pasó por encima del puente cortado en el acceso a San Vicente de Leira. MIGUEL VILLAR

La carretera que utilizan ahora los vecinos para llegar a la aldea es una vía de titularidad municipal que hasta hace un par de años casi nadie usaba. Muy estrecha, sin pintar y pronunciadas pendientes, la mayoría preferían usar la OU-807 a pesar de la inestabilidad del terreno. Durante años, bajo la carretera estuvo abierta una explotación de pizarra. Al ir menoscabando la ladera por el pie, esta venía sufriendo continuos desplazamientos. Hace ya más de dos décadas, la Diputación (propietaria de un vial que nace en la N-120 y muere en O Robledo, la aldea que hay después de San Vicente) colocó una señal advirtiendo del corte al tráfico. Una señal que casi nadie respetaba porque no había ningún elemento que evitase pasar un vehículo. En el año 2000 ya hubo protestas reclamando el arreglo del vial. Después las cosas se calmaron. Hasta que en el 2014 la situación se fue haciendo cada vez más peligrosa. Desde entonces se han sucedido los cortes en la carretera, aunque la presión vecinal siempre consiguió que fueran temporales y se fueran haciendo algunas mejoras que permitieran el uso con cierta seguridad por parte de los conductores. Los vecinos han protagonizado varias manifestaciones ante la Diputación, pero también en Vilamartín o en O Barco. Incluso el alcalde llegó a encerrarse en el Concello para reclamar una solución para San Vicente.

En este tiempo también se cerró la actividad minera bajo la ladera, lo que ayudó a frenar en parte el deterioro de la carretera, pero solo en parte. En abril del año pasado, se rompió la balsa de agua y provocó el hundimiento de la ladera. La carretera quedó atravesada por grandes grietas. En aquel momento se cerró al tráfico y desde entonces sigue cortada en su tramo final. Los vecinos venían utilizando el vial alterativo que ahora está cortado y que fue objeto de alguna pequeña actuación por parte de la Diputación, aunque continúa pendiente una obra de mayor calado.

Una reforma de 13 millones de euros

Mientras, sigue a la espera el arreglo de la OU-807. La Diputación y el Concello acordaron que fuesen los vecinos los que eligieran la solución definitiva y estos reclamaron el relleno de la vaguada para poder conservar la carretera en su trazado original (o similar). El proyecto elaborado desde la Diputción se va a los 13 millones de euros, una cantidad para la que reclaman el apoyo de otras administraciones. Hace unos meses, el alcalde aseguró que la empresa pizarrera que trabaja en San Vicente (y que nada tiene que ver con la que explotaba la ladera junto al río) estaba dispuesta a encargarse del relleno de la vaguada, lo que supondría rebajar el coste de la obra hasta un 60 %. Su propuesta esta usar la zona como escombrera. Según la Diputación, la empresa descartó finamente esa opción al conocer los requisitos que pedía la Confederación Hidrográfica. Así que ahora el proyecto sigue en el mismo punto, a la espera de conseguir financiación.