Es curioso comprobar lo rápido que pasa el tiempo. Hace más de diez años que me vine a Ourense y dejé de ser corresponsal de La Voz de Galicia en la comarca de Valdeorras. Cuando trabajaba allí, tuve que cubrir más de una información sobre los problemas de la carretera de acceso a San Vicente, en Vilamartín. Más de una década después, la situación no se ha resuelto. Y, pensándolo bien, no es de extrañar, sobre todo si tenemos en cuenta que la problemática se remonta a un cuarto de siglo atrás. Entonces yo no era periodista (estaba en el colegio) y muchos de los vecinos de San Vicente que hoy se quejan por el corte de la carretera ni siquiera habían nacido.
Es lógico, por lo tanto, que el gobierno de la Diputación -responsable del vial- aluda al mucho tiempo que ha transcurrido. «Estámolle poñendo solución a un problema de 25 anos. [...] Avanzouse máis nos últimos dous anos que nos 25 anteriores», dijo ayer el diputado de Cooperación en la reunión de la comisión informativa que dictaminó favorablemente el proyecto del nuevo acceso a la localidad.
Este es el argumento habitual cuando se produce un cambio de gobierno. Cuando el partido X llega al poder, acusa al partido Y de dejarlo todo manga por hombro. En los plenos de la Diputación, de hecho, aún son frecuentes las referencias al bipartito que gobernó la Xunta entre los años 2005 y 2009. Pero es que en la institución provincial está al frente el mismo partido desde el albor de los tiempos y el relevo en la presidencia no fue precisamente traumático. Sea como sea, ojalá la espera para San Vicente termine pronto.