El conductor condenado por un suceso mortal de 2010 fue piloto de competición

La Voz OURENSE

VILAMARÍN

A la federación gallego de automovilismo registró su última participación en una prueba del año 2013

22 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

De la retirada del permiso de conducir a Rodrigo Rodríguez por una sentencia que lo condena como autor de un delito de homicidio imprudente, por la muerte de un motorista en un accidente de tráfico en el verano del 2010, no solo tiene noticia la Jefatura Provincial de Tráfico sino también la Federación Galega de Automobilismo. Suspendida la ejecución de la pena, que incluye también veinte meses de prisión, la suspensión del carné de conducir -comunicada este mes desde el Juzgado de lo Penal 2 a Tráfico- le impedirá a Rodrigo volver a la competición automovilística.

El presidente de la federación gallega, el ourensano Iván Corral, confirmó ayer que tenían conocimiento oficial de la sentencia y de sus consecuencias, por lo que Rodrigo Rodríguez no podría obtener licencia para participar en prueba alguna, ni siquiera en circuito cerrado.

Cumple a los cinco años

De todos modos, el conductor condenado por aquel suceso mortal, cuyo caso vuelve a adquirir notoriedad dado que ahora empieza a cumplir la condena, sin que en la práctica le suponga más perjuicio que la pérdida del carné, dejó de participar en el campeonato de montaña en el año 2013, según aclara el dirigente federativo. Iván Corral especifica que en el 2014 no intervino en prueba alguna, ni lo ha hecho ni tiene previsto hacerlo en el 2015.

De la falta al delito

El accidente de tráfico que da lugar a la condena ocurrió el 9 de julio del 2010 en Vilamarín, al chocar el coche del acusado y la moto que pilotaba el fallecido. La primera sentencia del Juzgado de lo Penal 2 de Ourense, con fecha del 30 de diciembre del 2013, condenó a Rodrigo Rodríguez a 1.200 euros de multa y un año de retirada del permiso de conducir por una falta de imprudencia leve con resultado de muerte. Recurrida la sentencia, la Audiencia calificó los hechos como un delito de homicidio imprudente y fijó como pena veinte meses de prisión, con dos años y seis meses de privación del permiso de conducir. El ingreso efectivo en la cárcel no se produjo, al aceptarlo así la fiscalía y el juzgado.