En las montañas de Viana do Bolo tenían un postre propio: el montonico. Es una receta que conservaba la prima de Elisa Guerra Fernández, la tercera generación al frente de la panadería Guerra de Vilariño de Conso
11 mar 2023 . Actualizado a las 10:51 h.En las montañas de Viana do Bolo hay dos aldeas, Fradelo y Bembibre, que tenían un postre propio: el montonico. Es una receta que conservaba la prima de Elisa Guerra Fernández, la tercera generación al frente de la panadería Guerra de Vilariño de Conso, y que desde el negocio familiar decidieron recuperar. De hecho, son casi los únicos que la hacen en el mundo. El otro lugar donde encontrar un montonico es en A Veiga, en la panadería de un tío de Elisa. Es un dulce hecho con capas muy finas de hojaldre bañadas en dulce de leche que va cubierto de merengue tostado. «A mellor forma de comelo, para min, é ir capeando de arriba baixo, para saborear o doce de leite», cuenta Elisa. Como tiene forma circular (con agujero en el centro) al cortar quedan porciones en forma de triángulo. Ya el tamaño va a gusto del consumidor, «e do goloso que sexa, porque é doce», apunta la repostera. Para completar el momento del postre, Elisa recomienda acompañar el montonico con café solo.
Es un producto que no necesita nevera y que se conserva bien, hasta mes y medio puede durar en perfectas condiciones. Después pierde sabor y tiende a ponerse algo más duro, pero sigue siendo comestible. Precisamente su larga duración es lo que ha provocado que sea cada vez un postre más popular. «Non é como unha tarta que tes que consumir no día, senón que aguanta moito así que as familias pequenas teñen un prazo axeitado para dar conta dunha peza, porque son de tamaño único», explica Elisa. La venden en el despacho que tienen en la plaza de Vilariño —en la misma ubicación desde la apertura del negocio hace sesenta años—, la reparten a domicilio y también está disponible en varios puntos de venta repartidos por la provincia. Quieren ampliar mercados, porque dice Elisa que está habiendo mucha demanda. Como también la tienen las bicas que elaboran en Panadería Guerra, una mantecada «cunha receita familiar que nos deron As Farrapas, que eran primas do meu avó, de A Pobra de Trives»; y otra de castaña que venden desde hace apenas cinco años y que cada vez está teniendo mejor acogida, al igual que las galletas de harina de castaña. «Aquí é todo artesanal e iso é o que valora a xente», destaca Elisa. También hacen pan, empanadas y bollería.