Las carreteras suman quince muertos en el primer semestre del año 2010

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE/LA VOZ.

VIANA DO BOLO

04 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El asfalto sigue cobrándose vidas. En los seis primeros meses del año 2010 las carreteras, travesías y vías urbanas de la provincia de Ourense han registrado quince accidentes con resultado de muerte. Se trata de una cifra que, contrariamente a lo que está ocurriendo en otras provincias, supone un ligero incremento en la mortalidad respecto a años anteriores. De hecho, en el 2009 se cerró el primer semestre con trece fallecidos.

Las salidas de vía y las colisiones entre dos o más vehículos, camiones o motocicletas fueron el accidente grave que con más frecuencia provocó la muerte de conductores u ocupantes de turismos y otros vehículos, aunque si hay un dato que llama la atención a la hora de analizar como y donde se registraron esos incidentes, es que el 60% se produjeron en carreteras secundarias, que se convierten así en las vías más peligrosas para los conductores que transitan por la provincia de Ourense. Eso sí, seguidas de cerca por carreteras de alta capacidad, como es el caso de la autovía A-52, en la que hasta el momento se han registrado cinco accidentes mortales.

En lo que respecta a las carreteras nacionales, hasta hoy tan solo se ha registrado una colisión mortal. Fue en la N-525, a la altura del término municipal de Coles.

Mayo, el peor mes

Al detalle, resulta también llamativo lo ocurrido durante el mes de mayo, en el que murieron en las carreteras seis personas. Un peatón atropellado cuando caminaba por San Cibrao, un conductor que se salió de la vía y cayó al embalse de O Bao (Viana do Bolo) o un septuagenario que conducía un turismo que colisionó frontalmente contra otro en Verea fueron algunos de los protagonistas de la crónica negra de las carreteras, que colocó al mes de mayo como el peor de los últimos tiempos y a la provincia de Ourense como la de mayor accidentalidad vial de Galicia.

En cuanto al perfil de las víctimas, la más joven fue un motorista de 23 años que perdió la vida el pasado mes de abril, tras caer sobre la calzada cuando circulaba por la A-52, a la altura del término municipal de Cualedro. Un turismo que circulaba detrás no pudo evitarlo y lo atropelló tras la caída.

En el polo opuesto, la víctima de mayor edad fue un conductor de 80 años que falleció a mediados del mes de enero, cuando su turismo colisionó frontalmente contra otro cuando circulaba por la OU-540, en Verea. Se da la circunstancia de que otros cuatro de los fallecidos por accidente, entre ellos un peatón atropellado en el mes de abril en Cenlle, habían superado los setenta años.

Según los informes realizados en los accidentes mortales, en la mayor parte de ellos los conductores y ocupantes de turismos hacían uso de las medidas de seguridad, en concreto del cinturón de seguridad, así como del casco en el caso de los motoristas.