
Miguel Ángel y José Luis Domínguez compran y restauran modelos de estas motos que datan de los años cincuenta en adelante
20 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Miguel Ángel y José Luis Domínguez entienden la vida sobre dos ruedas y así lo demuestra el garaje lleno de vespas y lambrettas que tienen en su carpintería de Verín. Desde las primeras series de los cincuenta hasta otras más modernas, los hermanos han ido comprando y recogiendo decenas de motos en diverso estado que encontraban de mil formas diferentes. En su taller cuentan con el equipo para restaurarlas, pintarlas, incorporarles piezas que le falten y, en definitiva, ponerlas a punto para que puedan andar.
Su afición tiene origen en el gusto de su padre por estos vehículos. Comenzaron comprando una para él y aprendieron a restaurarla. Poco a poco descubrieron que les encantaba el mundo de las chaquetas de cuero. Llegaron a tener más de cincuenta motos pero, tras la pandemia, vendieron muchas de ellas y se centraron en aquellas con matrícula ourensana. Les daba igual el estado en el que se encontrasen. Miguel Ángel recuerda el pobre trato que algunos propietarios le daban a sus lambrettas. No les importa, afirma, porque ellos se las apañan para reponer la chapa, obtener el color original y reconstruir los circuitos. Tampoco es problema irse lejos a por el esqueleto de una vespa, ¡La moto de su padre la recogieron en Sevilla! Normalmente las rediseñan a su gusto y respetando la originalidad, pero se pueden adaptar a peticiones de clientes.
La mejor parte de esta afición por vespas y lambrettas quizá sea compartirla con muchos otros. Ellos no entienden de la rivalidad entre mods y rockers, las bandas que en los sesenta dividían la escena urbana inglesa y se caracterizaban por ser más afines a una u otra marca. Solo les interesa poner a la villa ourensana en el mapa y disfrutar haciendo actividades con sus colegas sobre ruedas. Llevan el Vespa Club Verín, referente en Galicia desde hace años y, además de los eventos que organizan dentro del propio círculo, participan en gran cantidad de actividades de otros clubes. La última salida que organizaron con los socios verineses consistió en hacer el Camino de Santiago rodando en vespas. En otras ocasiones se han juntado con moteros de Guimarães, han colaborado en una vuelta a España por provincias...
Pero, sin duda, los certámenes más afamados son las concentraciones anuales que programan los distintos clubes de España. Los verineses llevan organizadas ya doce y también acuden a otras en el exterior. El mes pasado asistieron a la de Asturias y el domingo que viene irán a Ferrol. Más lejana es la peregrinación motera que juntó más de setecientas vespas en el Obradoiro en los 70, y que aún recuerdan. Ellos, por supuesto ya están calentando para la concentración del 2025: será el 6 de julio.