
A sus 69 años, Flor Fernández, Marián Martín y Conchi Jiménez hacen cada año 538 kilómetros en coche para acudir a la cita literaria verinense
28 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.María Ángeles Martín, Conchi Jiménez y Flor Fernández son amigas desde el colegio. Ahora tienen 69 años, pero llevan compartiendo aventuras más o menos desde que tenían diez. A estas tres amigas les une una amistad férrea, basada en el apoyo, la comprensión y lo mucho que se divierten juntas. Las tres comparten sus mayores aficiones: viajar, descubrir sitios nuevos y, sobre todo, leer. Por eso no es de extrañar que cada año cojan el coche en Bilbao y se vengan del tirón hasta Verín para disfrutar de las Xornadas de Novela Negra. «Al principio lo hacíamos en unas cinco horas, ahora ya venimos disfrutando tranquilamente del camino y no tardamos menos de seis», afirma Marián, la conductora del grupo. Pero el destino merece sin duda la pena. «Hemos sido muy lectoras desde niñas. Nos lo inculcaron en el cole y también en casa», dice Conchi. De hecho, Flor hasta se ha animado a escribir y tiene publicados algunos cuentos en gallego. Y es que ella es el enlace de las bilbaínas con Verín. «Mi familia tiene casa aquí porque somos de Estevesiños (Monterrei), de hecho yo nací allí, pero mis padres emigraron a Bilbao cuando tenía cinco años», explica.
La primera vez que se trajo a sus amigas fue hace ya dos décadas. «Vinimos para conocer la zona y la provincia y nos quedamos asombradas, la verdad», comenta Marián. «Luego en alguna ocasión se sumaron los maridos, pero venimos más cómodas sin ellos porque nos centramos en hacer lo que más nos gusta que es visitar sitios, ir a cualquier encuentro cultural que surja y leer mucho al calor de la chimenea. Sobre todo, disfrutamos de estar las tres juntas», confiesa, entre risas y bajo las miradas cómplices de sus dos amigas.
Cuando vienen aprovechan para moverse a su antojo y pasar un día en Oporto, otro de compras en Allariz, otro para las termas de Prexigueiro y dedican uno a zambullirse en el balneario de Vidago, en Chaves. «Eso sí, si les digo que hay una conferencia o una exposición, allá nos vamos», comenta Flor. En muchas ocasiones han venido exclusivamente para una muestra y es que su amiga ourensana es artista plástica. «Después de dedicarme muchos años a la fotografía y el periodismo en distintos medios, pues estudié cerámica y escultura», explica Flor. Su obra ha protagonizado exposiciones en Verín, Ourense, Santiago e incluso en Bruselas.
La cita que nunca perdonan es la de las Xornadas de Novela Negra. «La primera vez que se lo propuse, hace cinco años —los que tiene esta iniciativa puesta en marcha por la Biblioteca de Verín—, se quedaron maravilladas con la propuesta», recuerda Flor. Desde entonces la asistencia al encuentro literario es una tradición para estas tres amigas, que ya son conocidas para los organizadores y para los propios autores. «Los escritores nos conoces como las tres de Bilbao. De hecho no te puedes imaginar la cara de Francisco Narla desde dónde veníamos», confiesa orgullosa Flor. Pero es que están encantadas. «Para mí el ambiente que vivimos en estas jornadas no lo hay en ningún sitio», explica Conchi. «Son muy íntimas y muy cercanas. En las conferencias aprendemos muchísimo pero también tienes oportunidad de crear un debate y continuarlo luego, a la salida, incluso con los propios autores o profesionales que vienen a darlas. Es maravilloso y muy tierno, porque al final nosotras nos estamos acercando a escritores que admiramos muchísimo y nos hablan como si fuesen nuestro vecino», dice Marián. «Bueno, es que aún aquella edición en la que te dije que venía Santiago Posteguillo», le responde Flor. «Fue increíble. Me había leído todos sus libros y nos trató genial. Le notamos que estaba disfrutando», añade.
En esta cita que no se pierden han compartido ratitos también con otros escritores. Están en esa lista Luz Gabás o José Luis Corral y su hijo Alejandro. A veces de pronto conocen a autores cuyas obras aún no habían tenido ocasión de devorar. «Eso sí, siempre regresamos cargadas de libros. Venimos a eso, la verdad», dice Flor.
«Este año estoy muy expectante porque me he leído todas las novelas de Mikel Santiago y espero conocerle», confiesa Marián. Y a las tres, que después de cinco ediciones están preparadas para cometer un crimen perfecto, les encanta el juez Taín. «No te queda la menor duda de que podemos hacerlo», bromea Conchi. «Creo que Taín es una persona alucinante, con la que siempre aprendemos», afirma Flor. «Es muy excitante escuchar todo lo que nos cuentan y creo que la novela negra desarrolla muchísimo la creatividad», continúa. Como casi expertas en la materia y, sobre todo, como apasionadas de la literatura, tienen sus propias peticiones. A Marián le gustaría que trajesen a María Oruña o a Dolores Redondo; a Flor más mujeres escritoras; y Conchi quiere que la sigan sorprendiendo.
«Es muy llamativo y muy honroso que un pueblo tan pequeñito como Verín tenga esta enorme y original oferta cultural. Esperamos seguir disfrutándola muchos años», termina Flor.