«Arde por todos os lados á vez»

Marta Gómez / Serxio González BOIRO / VILAGARCÍA

VERÍN

Aspecto que presentaba el incendio que se originó en Boiro.
Aspecto que presentaba el incendio que se originó en Boiro. MARCOS CREO

Los incendios de la última semana han arrasado unas 2.500 hectáreas, con varios focos a la vez y rondando concellos muy poblados como Vilagarcía, Boiro, Verín o Ribeira, donde anoche se desalojó un cámping

06 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El fuego tampoco ha dado tregua esta semana en Galicia. Desde la frontera con Portugal, con dos incendios en Arbo, hasta Verín, Ames o las Rías Baixas, alrededor de 2.500 hectáreas han sido pasto de las llamas en apenas siete días que se suceden tras un julio devastador. Anoche estaban activos al menos siete grandes fuegos.

Con las llamas aún sin apagar en Verín —un incendio con clara componente intencionada, al sucederse una decena de focos—, la noche del jueves se iniciaron otros dos fuegos en la zona de las Rías Baixas, en Barbanza y Arousa.

El más aparatoso de estos nuevos está en Boiro. Desde que se originó pasadas las cuatro de la tarde del jueves, se han arrasado más de 400 hectáreas de monte en el corazón de la sierra de Barbanza, y las fuertes rachas de viento que soplan del nordeste están complicando las tareas de extinción. Ayer se activó el nivel de alerta 2 en la zona como medida preventiva por la proximidad de las llamas a las viviendas del núcleo de Piñeiro. Ese fuego estaba anoche cerca de Ribeira y la previsión era que se desalojara un cámping y varias viviendas. El Concello iba a habilitar pabellones polideportivos para los campistas. Preocupa que el humo pueda afectar al hospital de Barbanza porque las llamas avanzaban rápido hacia esa zona. «Está prendendo en todos os lados á vez», afirmaban desde uno de los equipos que trabajaron todo el día en la extinción.

En el lugar de Montañó el alcalde de Boiro, José Ramón Romero, relataba que las llamas estaban ya al borde de las viviendas. La situación al caer la noche era preocupante, de manera que en el campo de A Mina se instaló un puesto de mando avanzado para coordinar el operativo de extinción. Pese al amplio despliegue de medios, el incendio seguía anoche fuera de control, en buena medida debido a las numerosas reproducciones que se registraron a lo largo del día avivadas por el viento.

En la zona cero del incendio, en Cubelo, las llamas se reavivaron e impedían el acceso al núcleo de A Figueira. «Pensamos que o lume non ía chegar á casa, pero cando nos demos conta xa vimos unhas chamas tremendas», contaban vecinas de la zona.

Otro importante fuego activo era el de Caldas de Reis, que terminó llegando hasta Vilagarcía; anoche evolucionaba de manera positiva, dejando 450 hectáreas calcinadas, con varios focos a la vez.

Aunque la intensidad fue disminuyendo conforme avanzaba la jornada, las llamas amenazaron durante todo el día núcleos habitados en las parroquias de Cea, Castroagudín y, sobre todo, Aldea de Arriba, donde los rescoldos invadían a mediodía una huerta, disparando la ansiedad entre sus vecinos. «Es una angustia insoportable, toda la noche sin dormir y esto todavía no acaba», confesaba una mujer, a un paso del llanto. Su madre, de avanzada edad, permanecía en su casa. «Está muy nerviosa y ya no sabemos qué hacer». Fue en este lugar donde la policía forzó el desalojo en la madrugada del viernes 25 viviendas. Otras cinco en O Vento, y alguna más en Cea. Sus habitantes pudieron regresar en la mañana de ayer. En la zona se peleaba foco a foco, a un paso de las casas, para evitar que el siniestro cobrase nueva vida. Se podía ver a vecinos con cubos y palas ayudando así, con sus propios medios, a sofocar las llamas.

El alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, puso en valor precisamente ese trabajo de los afectados: «Temos que poñer en valor a solidariedade da veciñanza, que aínda coa tensión e o nervosismo que prendía en todos, non deixaron de auxiliar aos seus compañeiros e amigos». Pero quiso ser cauto a la hora de atribuir responsabilidades: «A man do home, intencional ou accidentalmente, pode ter que ver coa orixe do lume. Pero debemos agardar a que os equipos de investigación que xa onte estaban sobre o terreo fagan o seu traballo».

Una chataterría, arrasada por el fuego en Vilagarcía.
Una chataterría, arrasada por el fuego en Vilagarcía. Martina Miser

El BNG reclamó ayer a la Xunta que incremente los medios ante estos incendios, y aseguró que el dispositivo se ha puesto en marcha tarde, algo que atribuyó en parte al relevo en la Xunta.

Y mientras los de A Mezquita y los dos de Arbo se han dado por controlados, a última hora de ayer se declaraba otro incendio en Ames. Hasta cinco hidroaviones y cuatro helicópteros trataban de sofocar un fuego en la parroquia de Ortoño, y se solicitó el nivel 2 como medida preventiva por su proximidad al núcleo de Guitiande (Os Ánxeles), ya en el vecino municipio de Brión.