Chaves-Verín, pionera eurocidade como ejemplo de cooperación internacional

Cándida Andaluz Corujo
Cándida Andaluz VERÍN / LA VOZ

VERÍN

Dos trabajadoras de la Eurocidade muestran el carné de los vecinos de Verín y Chaves.
Dos trabajadoras de la Eurocidade muestran el carné de los vecinos de Verín y Chaves. Santi M. Amil

Comparten tarjeta de eurociudadano y transporte público transfronterizo

22 dic 2020 . Actualizado a las 11:45 h.

En el 2008, los entonces alcaldes de Verín y Chaves, Juan Antonio Jiménez Moran (PP) y João Batista (PDP, también de centroderecha) celebraban una de las múltiples reuniones en torno al río Támega que une a ambas localidades de un lado y otro de la raia. Al finalizar aquella cita, el alcalde gallego comentó que tenía algo de prisa, que debía acudir a una obra de teatro en su localidad. Batista le preguntó que cómo era posible que estando tan cerca, los vecinos de Chaves no supieran de ese evento. Y así, con todo. Y lo que empezó por una agenda cultural común ha terminado en lo que hoy es la Eurocidade Chaves-Verín, pionera y multipremiada por su programa transfronterizo europeo.

Pero para dar forma a esa voluntad de unir recursos hubo que esperar más tiempo. En el 2008, en pleno inicio de la gran crisis, Verín entraba, gracias a la mediación de Chaves -porque por su población no podía-, en el Eixo Atlántico. Y ahí se empezó a pensar en la creación de Eurocidade, algo que entonces existía solo en el País Vasco y en Cataluña, en ambos casos con municipios de Francia.

La relación entre los dos territorios ya existía, solo faltaba institucionalizarla. Se empezó a trabajar entre la Universidade de Vigo y la de Trás-os-Montes e Alto Douro, y en la colaboración institucional de la Xunta y los gobiernos español y portugués. Se lanzó un plan estratégico para dotar esta idea de personalidad jurídica, con la creación del Agrupamiento europeo de cooperación territorial, una figura de derecho comunitario. Así, en el 2013, se convirtió en la primera Eurocidade de España y Portugal y se inauguró una sede propia en la antigua aduana de Feces (Verín). Allí están Nidia da Cunha, de Chaves, y Nerea Pérez, de Verín. «Para o que máis nos desprazamos é para as compras, tes que ver o Mercadona cheo de veciños de Chaves! E as colas na gasoliñeira», dice la primera. «Para nós -añade- é mellor o traballo en Verín polos soldos».

El primer plan compartido entre Chaves y Verín se basó en el turismo, creando un único destino bajo el mismo paraguas promocional. Así se pusieron en marcha campañas como Dos países, un destino, Eurocidade da Auga o Para vivir 25 horas en la frontera. Hoy siguen en marcha. A partir de ese momento, se comenzó a catalizar de forma importante la gestión de proyectos, captando inversiones europeas para desarrollar iniciativas, entre ellas la Ecovía do Támega, que es una pista para bicicletas de Verín a Chaves por el río.

Para Pablo Manuel Rivera Búa, gerente de la Eurocidade desde sus inicios, «o máis importante para conseguir todo isto foi a vontade dos alcaldes, que non tiveran en conta as cores políticas». «A relación sempre existiu. Hai familias con membros a un e outro lado da raia, non tiña sentido non facer coussa en común», añade.

Lo siguiente fue uno de los proyectos estrella, la tarjeta de eurociudadano, que actualmente se estudia en otras zonas fronterizas. Representaba para los vecinos de ambas localidades el componente de pertenencia a un territorio común. Permite disfrutar de servicios e instalaciones municipales a los mismos precios: bibliotecas, piscinas, pistas de tenis, de fútbol... Además, se involucró al comercio para que ofreciera descuentos con las tarjetas. Hoy se trabaja en su digitalización para añadir más servicios, entre ellos el de tarjeta monedero para pagar el parquímetro o el transporte publico. Eso permitirá tener una base de datos y conocer cuáles y cómo son los flujos de población. Esta tarjeta fue premiada en el 2015 con el Regio Star, los Oscar europeos.

Otro de los proyectos importantes fue la puesta en marcha del transporte público transfronterizo, denominado TUT, el primero de una eurocidade. Conecta Chaves y Verín en los días de ferias o eventos importantes, como el entroido o la feria dos Santos. Con el tiempo se quiere que el servicio sea regular, sobre todo para unir Chaves con A Gudiña cuando el AVE llegue Galicia. Por eso, ya se gestiona con la Xunta y la Comunidad Intermunicipal do Alto Támega que los buses no acaben en la frontera y que vayan mas allá. Además, se quieren potenciar recursos turísticos, como el de la ruta termal y del agua, ya que es la zona de más concentración de fuentes termales de España y Portugal, con siete plantas que embotellan.

Local de ensayo para jóvenes, uno de los proyectos compartidos entre los dos municipios.
Local de ensayo para jóvenes, uno de los proyectos compartidos entre los dos municipios. Santi M. Amil

También se quiso conocer qué demandaban los vecinos. A través de un presupuesto colaborativo se consultó a jóvenes de Verín y Chaves. La sorpresa fue grande: un lugar para ensayar música, ya que no contaban con un espacio. Hoy ya hay una sala con un estudio de grabación profesional al que acuden una veintena de grupos. «Funciona moi ben. Todas as semanas veñen chavales de un e outro lado a tocar. Agora co tema do covid parouse, pero é un lugar de encontro da xuventude», explica Nerea Pérez, trabajadora.

Hoy ya tiene entidad propia. Los alcaldes de Verín, Gerardo Seoane (PSOE), y Chaves, Nuno Vaz (también socialista), se van rotando cada dos años en la presidencia. Existe una asamblea general con los concejales de ambos lados, hay un órgano ejecutivo y técnico. Y por ello figura en los libros de buenas practicas de la Union Europea y ha sido invitada a presentar sus proyectos conjuntos en diversos países.

«Non pensamos en fronteiras, somos unha gran comarca con intereses comúns»

La Eurocidade Chaves-Verín sería imposible si sus vecinos no tuvieran una relación muy cercana. Se mueven a ambos lados de la frontera principalmente para adquirir productos. Existe el vulgarmente denominado «Carro da compra transfronterizo». Los portugueses se hacen con chocolate, productos de higiene y limpieza y gasolina en España, mientras los españoles compran el arroz, las legumbres y los muebles en Chaves. Lo hacen casi a diario o aprovechando alguna escapada. También laboralmente. Y contrariamente a lo que pudiera parecer, son muchos más los vecinos de Chaves (41.243 habitantes) que trabajan en Verín (13.723) que viceversa. «Nós non pensamos en fronteiras, somos unha gran comarca con intereses comúns, non se trata de egos», apunta el gerente.

Ahora, el siguiente reto es la colaboración sanitaria. Cada localidad tiene un hospital que es cabecera de comarca y que adolece de alguna especialidad. Siempre se creyó que podrían complementarse, ya que los verinenses tienen que desplazarse a la capital ourensana y los flavienses a Vila Real. Hace alrededor de diez años, los responsables de la eurocidade mantuvieron encuentros con Sanidade para buscar alternativas, ya que los municipios no tienen competencias en salud y era una demanda de los vecinos.

Se pusieron recursos e incluso se llegó a redactar un convenio entre los dos hospitales para complementarse, sobre todo en la especialidad de maternidad, ya que eran muchas las mujeres de Chaves que parían en Verín entrando por la denominada puerta B. O lo que es lo mismo, cruzaban la frontera con los primeros síntomas y eran atendidas en urgencias de España, donde daban a luz. En el 2012 ya se trató este tema, con un estudio incluido, enfocando la problemática de maternidad y obstetricia. De aquella había dos partos semanales en Verín. Era un servicio infrautilizado, que podría mantenerse estableciendo un convenio entre los dos hospitales. Esto ya ocurre, por ejemplo, en A Cerdaña, entre Cataluña y Francia. Este proyecto quedó en el aire, aunque sigue sobre la mesa.

La crisis de la pandemia del coronavirus y el cierre de fronteras paralizó este año muchos de los proyectos y de los programas que están en marcha, sobre todo los turísticos, pero los vecinos de ambas localidades siguen obteniendo ventajas por vivir en la frontera, en la raia seca.