Verín se paraliza mientras Chaves se resiste a detenerse

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

VERÍN

La percepción que tienen los vecinos de la pandemia es muy diferente a cada lado de la raia

24 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Eurocidade Chaves-Verín vive a dos velocidades la incidencia del covid-19. En la ciudad portuguesa (41.243 habitantes), al igual que el resto de municipios lusos, estará prohibido el desplazamiento a otras localidades entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre, para evitar aglomeraciones durante el puente de Todos los Santos. Mientras llega ese día, la actividad en esta localidad, que está a 24 kilómetros de Verín, es similar a la de un día normal, con la única diferencia del control de aforos en algunos locales y la mascarilla que llevan algunos de sus vecinos, no todos.

Actualmente, en Chaves hay algo más de 160 casos positivos de covid-19, siendo el municipio del Alto Támega portugués con más incidencia. En Verín, con algo más de 13.800 vecinos, los contagiados este viernes eran 80. A pesar de esta diferencia de cifras (que hay que evaluar teniendo en cuenta la diferencia de población) da la sensación de que los portugueses viven con menor percepción la incidencia la pandemia, si se tiene en cuenta la actividad que se ve en sus calles. Mientras en Verín casi la totalidad de los bares están cerrados y no se ven terrazas calles, en Chaves, grupos de amigos comparten el café de la mañana tranquilamente, sentados unos junto a los otros, conversando. En la ciudad portuguesa hay reuniones en plazas y jardines para debatir sobre la actualidad. No falta en las conversaciones la pandemia, pero también se polemiza sobre fútbol o política. En Verín, los vecinos no se detienen en la calle. Salen para ir al súper o al banco, pero no hay corrillos, ni siquiera de jóvenes o niños jugando. Y menos sentados y hablando entre si dejando pasar las horas.

Las luces de los escaparates de los comercios de Chaves están encendidas y algunos productos invaden la acera. Dan ganas de pararse y mirar. En Verín, las zonas peatonales parecen un viernes por la mañana tras el Xoves de Comadres: calles vacías, comercios a medio gas y mucho silencio. En el municipio luso también se ven obras. Trabajadores que arreglan aceras y otros que rehabilitan casas. Es día de semana y la actividad es constante. No ocurre lo mismo en la villa ourensana, donde un jueves cualquiera parece un puente festivo. Esta misma semana, Nuno Vaz presidente de la Cámara Municipal de Chaves, destacó la importancia de que la zona transfronteriza comparta informaciones sobre la pandemia y realice acciones conjuntas. En una agencia lusa afirmó: «As mesmas regras que valen en Verín deben valer en Chaves, dende un punto de vista sanitario». No es así.