«Aquí la gente ya solo sale para hacer cosas puntuales y regresar a casa»

Cándida Andaluz, Pablo Varela OURENSE

VERÍN

Agostiño Iglesias

Los vecinos de Verín viven con resignación y temor la segunda ola de covid

22 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con casi la totalidad de las cafeterías y bares cerrados a cal y canto, los comercios a medio gas y la reducción de aforo que obliga a hacer cola en la calle, los vecinos de Verín (13.723 habitantes) se enfrentan a partir de hoy a una nueva restricción, de movilidad, que los obliga a permanecer en la villa y salir solo por causas justificadas relacionadas con el trabajo, la educación o la sanidad. Este nuevo panorama, basado en datos epidemiológicos, viene a paralizar aún más la actividad normal de Verín y sus habitantes. Y se nota en la calle. Da la sensación de que la gente va con prisa, a tiro fijo, y que han desaparecido los paseos y las paradas para, aunque sea, mirar un escaparate.

Agostiño Iglesias

Frente al hospital de Verín está desde hace más de treinta años la cafetería restaurante Fiadeiro. «Para nós é mellor que fagan esa situación de movemento que seguir pechados, así poderemos seguir traballando. Antes abriamos ás seis da maña e agora ás doce para dar comidas e cenas. A situación así non tiña sentido porque os que viñan aquí agora van a outros pobos para poder tomar algo todos xuntos», explica Manolo Fernández Pazos, su propietario.

¿Por que estamos así en Verín? É complicado

Es, afirma, la primera vez que cierra desde que abrió Fiadeiro. «Ó estar ó lado de hospital traballamos sempre moi ben a barra, pero agora non temos. A mediodía non vén ninguén. ¿Por que estamos así en Verín? É complicado. Non se pode botar a culpa a ninguén. Eu teño un amigo que non ía a ningún lado, nin á perruquería, e colleu o virus. Aquí temos todas as precaucións e logo vas a un comercio ou ó banco e hai colas e colas», dice.

Agostiño Iglesias

Cerca está Domingo Herbella, que tiene un quiosco al lado del hospital. «Esto es una ruina total. Antes vendíamos periódicos a la gente mayor y ahora no pueden salir... Ni tampoco se ven niños que venían a por las gominolas. Aquí la gente solo sale para hacer cosas puntuales y volver a casa. Estoy aquí y casi ni me da para pagar autónomos», lamenta. Herbella cree que falta información a la población y que esto, unido a la existencia del virus, ha generado una atmósfera de miedo entre la gente. «A la sanidad le han dado patadas en el culo y cuando se necesita, está como está. Me da pena que las personas que vienen de prácticas, que las veo, vienen a trabajar y en cuanto acaban los echan. Son cosas que se van sumando, unas a las otras», explica.

Agostiño Iglesias

Raúl Troncoso tiene 19 años y regresa de clase. «Ahora con la vuelta a las aulas es como si regresásemos a una vida normal, pero es todo muy raro, no nos dejan socializar», explica. Cree que la vida en la villa se relajó durante los meses de verano: «Vino mucha gente porque se podía salir de fiesta. Aunque había algunas restricciones no se tomaban en serio y se salía. Ahora la gente hace vida normal, pero con mascarilla».

Vino mucha gente porque se podía salir de fiesta.

El teniente de alcalde de Verín, Diego Lourenzo, señalaba este miércoles que los vecinos, sobre todo los comerciantes, están preocupados por las consecuencias de las nuevas restricciones y demandan fundamentalmente información: «Moita xente chamou porque non tiña claro en que consistían e que podían facer ou non». Lourenzo subraya que no va a ser fácil adaptarse a las medidas pero señaló que son indispensables para poder revertir la escalada de contagios en la villa. Sobre las causas, es prudente. Cree que pudieron ser varias, desde la relajación de los vecinos en tiempos mejores a la llegada de visitantes de otras partes. Pero lo que más le preocupa ahora, además de la salud, son las consecuencias sociales y económicas que tendrá la pandemia: «Parece que escapamos para non saudarnos e notamos un aumento de compra por Internet».

Agostiño Iglesias

De la movilidad a la cabecera de la comarca al efecto de la cercanía con Portugal

¿Qué factores explican el cierre perimetral entre los concellos de Verín, Oímbra y Vilardevós? Sobre el papel, y al igual que en el confinamiento de O Carballiño, la conexión de los municipios más pequeños con la cabecera de comarca es clave, pero también existen matices.

En Oímbra, la alcaldesa por el Partido Popular (PP), Ana Villarino, razona este vínculo con Verín: «Estamos a seis quilómetros de distancia. E hai un vencello laboral, administrativo e comercial, unha relación constante que pasa no 90 % das capitais de comarca». Pero a mayores, también se tiene en cuenta la conexión con Portugal. Desde Oímbra hay quien se desplaza a Chaves para estudiar Enfermería, «así que hai un fluxo de persoas que se move a diario por moitos motivos». Villarino asume que «as medidas de restrición son incómodas, pero era o momento de tomalas para cortar a cadea de transmisión do virus».

Mientras, en Vilardevós, el regidor por el Partido Popular (PP), Manuel Cardoso, incide en esa cercanía con el país luso, y agrega que es un circuito de ida y vuelta a través de cuatro carreteras que cruzan la frontera. «De Portugal chega moita xente, e de aquí imos moitos para alá. É complicado saber a orixe disto. No noso concello a maioría dos casos non están directamente en idade de risco», cuenta. Pero además, las cifras pueden confundir. Entre los positivos del municipio hay quien reside en Verín pero tiene su ficha sanitaria adscrita a Vilardevós.