La corporación que compagina pleno y tablas

sindo martínez VERÍN / LA VOZ

VERÍN

CEDIDA

El alcalde y una concejala de Verín forman parte desde hace años de una compañía teatral

22 may 2018 . Actualizado a las 16:20 h.

Compaginan la vida política con la escena. De los plenos a las tablas. El alcalde de Verín, el socialista Gerardo Seoane Fidalgo, y su concejala de cultura, Emilia Somoza, del BNG, comparten desde hace años una tardía afición por la dramaturgia que les llegó rondando la cincuentena.

Ambos confiesan que las funciones en el grupo La Caja de Pandora son una liberación de los quebraderos de cabeza del día a día. «Es como entrar en otro mundo. Aprendes a vivirlo. El teatro es muy útil para desconectar del día a día», confiesa la edila.

Para el regidor, el teatro ya forma parte de su vida. «Actúas, relaja un montón. En mi caso esta vocación me llegó muy tarde y de causalidad, a raíz de una cena con amigos. Había un papel libre y empecé hace unos cinco años», remarca Seoane. Y añade: «He hecho varias piezas, pero papeles pequeños. Lo mejor es la relación con el público y el cachondeo y el buen ambiente que hay en la compañía». Reconoce el alcalde que «Emilia y otros compañeros están mucho más preparados que yo».

Lo último es una pieza irónica, Socorro, por compasión, en la que una mujer de clase alta (Emilia Somoza) debe acoger en su casa a un grupo de personas entradas en años para sobrevivir al morir sus acaudalados padres. El papel del regidor verinense es el de un veterano militar, ideológicamente más a la derecha que Hitler, atraído por la teoría de la conspiración y que quiere escapar. Los ediles apuran los últimos ensayos antes del estreno con gala incluida el 8 y el 9 de junio en el auditorio verinense.

La caja de Pandora, creada hace una década, organizada cada otoño un festival aficionado, llamado Entreculturas, al que acuden compañías de toda Galicia. «Hacemos obras que huyen de la típica pieza costumbrista humorística. Tocamos temas de actualidad, como el machismo, el envejecimiento u otras cuestiones sociales», revela Somoza. Pese a lo complicado que resulta compaginar las obligaciones laborales y de la corporación local con el grupo teatral, ninguno se plantea dejarlo por falta de tiempo. «Muchas veces empezamos a ensayar pasadas las diez de la noche, a deshoras. Escenificas el fin de semana, en ocasiones fuera, es complicado», afirma Somoza.