Verín mantendrá la alerta sobre el agua del grifo durante varios días más

sindo martínez VERÍN / LA VOZ

VERÍN

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Las analíticas determinarán si hay presencia de metales pesados en el abastecimiento procedente del Támeg

10 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Verín mantendrá la recomendación de no consumir agua de la traída durante los próximos días. Eso a pesar de que la potabilidad está garantizada, según los análisis efectuados desde que el pasado lunes apareciera un vertido de lodo de varios quilómetros en el río Támega, del que se abastece el depósito municipal. La prudencia a la espera de analíticas más es la que aconseja esta medida, según el alcalde, Gerardo Seoane.

«Vamos a esperar a ver cómo evoluciona la situación. Ahora mismo [por ayer], el agua está más clara que el martes. Hemos encargado analíticas que tardarán una o dos semanas sobre la posible presencia en el río de metales pesados», añadía el alcalde. Eso sí, matizaba que la gente «debe estar tranquila, ya que la potabilidad de la traída está asegurada en todo momento y eso no debe ser puesto en duda. La concesionaria se ocupa de ello durante todos estos días».

El regidor explicó que estas analíticas servirán para determinar las responsabilidades penales que el bipartito reclamará en el juzgado. «Vamos a presentar una denuncia, ya que queremos conocer los motivos por los que se producen este tipo de vertidos al río de forma periódica que ponen en riesgo la potabilidad y calidad del agua», avanzó Seoane. Y añadió: «Esto no es algo casual ni puntual, ha sucedido en demasiadas ocasiones. No vamos a acusar a nadie, de momento, pero si hay presencia de esos metales u otros elementos, ya tendremos más indicios para tomar las medidas oportunas». El tema también llegará al Parlamento de la mano de En Marea, que quiere conocer qué información tiene la Xunta y si piensa hacer algo.

Pocos peces

Seoane expuso que tampoco se ha precisado si hubo afectación en la fauna del río. «Hay ya muy pocos peces en el Támega y no tenemos constancia de que haya mortandad», explicó. La progresiva pérdida de calidad del agua del río ha causado en los últimos años esa disminución de peces.

El enlodamiento del agua llegó a última hora de la tarde a la confluencia entre el río Támega y su afluente, el Búbal, en la zona de Pazos, en el límite entre Verín y Monterrei. El agua presentaba un color achocolatado durante la tarde de ayer en cerca de 15 kilómetros.