La celebración en el pueblo de Ábedes volvió a reunir a cientos de romeros en el monte de Verín
18 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Las hogueras de San Juan sirven para espantar lo malo, purificar el alma y -en un lenguaje más pagano- dar la bienvenida al verano. Las de San Antón sirven también para dejar atrás lo malo, y de paso, para espantar el frío y asarse unos chorizos. Esos son los cometidos que le dan al fuego los cientos de romeros que cada 17 de enero son fieles a la cita con el san Antón en Ábedes, en el Concello de Verín. La lluvia tiene deslucido algunas ediciones, pero el frío nunca ha sido excusa, y ayer volvió a repetirse el lleno. Ayudó que las temperaturas eran mucho más agradables que en las jornadas previas, y el sol, además, quiso ser un invitado más a la fiesta, que arrancó con la misa de campaña.
En el oficio religioso no faltó la música. Se encargó de ello la charanga Támega, que además sorprendió a los presentes con la interpretación que hicieron a viva voz de Hallelluyah, la canción convertida en himno del fallecido Leonard Cohen. Fueron (con permiso del santo) los protagonistas de la misa. Rematado el culto, arrancó la fiesta en sí, con la charanga optando por los temas más actuales que copan las radiofórmulas. Después la celebración continúo en el monte, con las comidas campestres que por tradición se celebraban en buena parte de las romerias ourensanas antaño, y que en los últikmos años han ido perdiendo fuelle hasta desaparecer en muchos puntos. No ocurre así en Ábedes, donde el san Antón goza de buena salud.
Y por si todo lo anterior todavía parecía poco, cuando el postre estaba ya enfilado, la fiesta volvió a surgir con la llegada de los cigarrones en su primera salida del año por Verín.