El bar Grancas lleva casi 35 años animando Toén

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

TOÉN

Castor Lorenzo y Daniel López, fundador y actual gerente del bar Grancas en Toén
Castor Lorenzo y Daniel López, fundador y actual gerente del bar Grancas en Toén MIGUEL VILLAR

El cubano Daniel López toma el relevo de Castor Lorenzo, que abrió este bar en 1988

18 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Castor Lorenzo recuerda perfectamente el día que abrieron el bar Grancas en Toén. «Foi o 14 de maio de 1988. Abriuno a miña muller cun sobriño, mentres eu quedaba en Alemaña», explica. Emigró allí para trabajar y eso hizo en hoteles, cáterings y restaurantes durante más de quince años. A finales de los ochenta vio que era el momento de asentarse en su tierra, Toén, así que compró una parcela y construyó la que hoy sigue siendo su casa. En el bajo, el negocio familiar: el Grancas. «É unha cafetería cun salón de comidas e logo cos anos montei tamén un estanco», recuerda Castor, que se volvió de Alemania en el 91. Desde entonces no salió apenas ni un día de la barra del bar. En estos casi 35 años de vida del negocio, hubo momentos en los que el suyo era el único bar de Toén. «Aquí era moi típico vir comer, e logo botar a partida e xa quedar toda a tarde. Polas noites podían xuntarse ata corenta persoas. Os cubatas xa comezaban o luns a partir das oito da tarde e o fin de semana xa non nos deitábamos. Tiña billar, futbolín e karaoke», afirma. Al Grancas venía gente de Mugares, de Moreiras... «Chegaban para xogar ás cartas despois de comer e xa quedaban ata as catro da madrugada», añade.

Castor se jubiló con la pandemia y ahora su relevo lo tomó un joven cubano con muchísimas ganas de mantener todo lo que el vecino de Toén consiguió. Daniel López cogió el negocio junto a su familia. «Hemos dejado el bar tal cual estaba. Nos parece que esa es su esencia y su tradición y es lo que nos gustaría poner en valor», dice. Trabajan con un menú del día basado en la comida casera. «Me gusta mucho mi trabajo. Para mí la mayor satisfacción es que los clientes coman bien y que se vayan complacidos y con ganas de volver», admite. Entre los que van a diario está el propio Castor, que ayuda en lo que puede a Daniel.