Aya, la huella egipcia de Sarreaus

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

SARREAUS

Cándida Andaluz

La joven trabaja como voluntaria en un centro de desarrollo rural

14 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En febrero de este año, Aya Eisherbini, de 24 años, cogió por primera vez un avión para viajar de su Mansoura natal a Sarreaus. Para dejar una ciudad egipcia de 369.621 habitantes por un concello ourensano de 1.145 vecinos. Todo, para cumplir un sueño: vivir la experiencia al lado de los mayores que día a día acuden al Centro de Desarrollo Rural (CDR) de O Viso, en Lodoselo, una entidad sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública, que acompaña a la gente del medio rural limiano, más en concreto a sus mayores. Los encontró por Internet buceando en el Servizo de Voluntariado Europeo, un programa para gente joven de entre 18 y 30 años. «Hola a todos, me llamo Aya, soy egipcia. Hace casi 3 meses que estoy en España. Soy profesora de Francés. En mi proyecto trabajo con los niños y los mayores. Cada día aprendo muchas cosas. Mi proyecto es muy interesante porque me permite conocer a otras personas sea cual sea su cultura, su medio social y su idioma. Es una experiencia muy buena», dijo en la carta de presentación. Y convenció.

Aya llegó a Sarreaus sin saber nada de español y en pocas semanas ya es capaz de mantener una conversación. Dice, convencida, que es una lengua muy parecida al francés, idioma que domina ya que lo estudió en la Universidad.

Santi M. Amil

Para Aya este no es solo su primer viaje a Europa, sino que es la primera vez, afirma, que sale de casa. Hija única, señala que sus padres enseguida le apoyaron cuando ella les explicó cuál quería que fuese su futuro. Y desde el principio lo ha vivido con los ojos de una niña. Tras 20 horas de viaje se encontró con un paisaje, unas edificaciones y una forma de vivir totalmente diferente a la que estaba acostumbrada. Todavía le sorprende el verde de Galicia y la forma de sus casas. «Los primeros días no paraba de hacer fotos», afirma entre risas. Los usuarios de CDR O Viso están encantados. Destacan su dulzura y sus ganas de aprender, de escuchar y de tratarles.

«Es la primera vez que trabajo fuera de casa y con mayores. Tengo que ser paciente para poder comunicarme con ellos», dice, tras comprobar que la mayoría le hablan en gallego, aunque va aprendiendo palabras con velocidad. «Me gusta estar aquí porque tengo la oportunidad de hacer de todo. Al principio pensé que no podía, pero ahora ya sí. Desde coordinar actividades con los mayores a ayudar en la cocina y en el comedor. Todos me ayudan», explica Aya.

Santi M. Amil

Aunque se va acostumbrando, la joven afirma que en Egipto no hay tantas personas mayores como en Ourense y destaca las ayudas que reciben de las instituciones. Además, y gracias a esta experiencia, cree que su proyecto vital de juventud, que en principio lo había centrado en niños, lo ampliará a mayores. Estará en Sarreaus hasta noviembre y sobre el futuro, señala que le gustaría acabar sus estudios en Europa, para ser intérprete de francés y español. Ahora, con la llegada del verano, puede trabajar con los niños de Sarreaus, ya que el CDR O Viso también tiene programas de vacaciones para los más pequeños.

Aya se ha convertido en una más. Pasea por las calles de Lodoselo todavía sorprendida e incluso trabaja en la pequeña huerta con la que cuenta O Viso, descubriendo, también, los productos propios de la localidad y sus nombres en gallego: millo, cebola... El reto inmediato: aprender a jugar mejor al Parchís y poder enseñarlo en su país.