El concurso de acreedores en el que hace algo más de un año se declaró la sociedad Gallega de Residuos Ganaderos, que gestionaba el centro tecnológico de Coren en Sarreaus (Ourense), avanza en el juzgado que lleva los asuntos mercantiles en la capital. Ayer mismo el Borme publicaba la resolución en la que se acuerda la «apertura de la fase de liquidación del concurso, la disolución de la sociedad concursada y el cese en sus facultades de disposición y administración».
La decisión supone un paso más hacia la desaparición definitiva de un proyecto que nació en el año 2005 como una moderna factoría destinada a producir energía eléctrica con purines procedentes de granjas y que se puso en marcha con una inversión de 18 millones de euros. Doce años después todo ha quedado en un proyecto fallido del que solo resta la venta de las instalaciones para poder hacer frente a las obligaciones económicas contraídas con los acreedores.
Menos deuda
Eso sí, según han asegurado fuentes del caso la deuda de 8,5 millones que había contraído la sociedad podría revisarse a la baja por el cambio en la normativa sobre retribución para el sector de energías renovables. Estos cambios legislativos provocarán que sea menor la cantidad adeudada a la comisión nacional del mercado de la competencia.
De todas formas, la planta de purines -en aquel momento única en Galicia por sus características y con capacidad para tratar 110.000 toneladas de residuos al año- no tiene actividad desde hace algo más de dos años. Al igual que ocurrió con otras instalaciones de este tipo, la empresa Coren se vio obligada a cerrarla en noviembre del año 2014, tras la reforma energética. El cierre tuvo consecuencias para los ganaderos pero la cooperativa ourensana ha puesto en marcha otra planta, en Quintela de Leirado, para gestionar y tratar purines.