El homenaje a un párroco que se convirtió en despedida

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

SANDIÁS

Fallece Manuel Fernández Vidal, el sacerdote que convirtió la capilla de San Benito de A Uceira en santuario y recuperó su entorno natural

18 abr 2022 . Actualizado a las 19:29 h.

Hay días en que la vida presenta circunstancias en las que es inevitable pensar en los caprichos del destino o —y quizá en este caso sea lo más apropiado— en la divina providencia. Y este lunes, fiesta de San Benito de A Uceira, en Sandiás, fue uno de esos días. El santuario se llenó de vecinos como cada Lunes de Pascua, pero en este caso había doble motivo para no faltar a la cita porque, además de celebrar la fiesta del santo, rendían homenaje al que fue su párroco durante 50 años: Manuel Fernández Vidal.

Querían agradecer al sacerdote su dedicación, el haber recuperado el humilde templo que encontró casi en ruinas y también el entorno natural en el que se asienta convirtiendo la zona no solo en un importante foco de devoción religiosa sino también en un lugar para la convivencia vecinal, para la fiesta y para disfrutar de la naturaleza en un paisaje impresionante.

El guion previsto se cumplió y la placa conmemorativa se descubrió entre aplausos en una de las paredes del lugar desde donde se oficia misa los días grandes al aire libre. Pero no había alegría en el rostro de los presentes. Más bien al contrario, los ojos de los fieles, empañados de lágrimas en muchos casos, reflejaban la profunda tristeza de la noticia que la mayoría conoció al llegar al santuario y otros supieron por el propio obispo de Ourense, Leonardo Lemos, justo al inicio de la misa: Manuel Fernández, su párroco, había fallecido de madrugada, a los 82 años de edad. El titular de la Diócesis  de Ourense recordaba más tarde su última visita al sacerdote hace tres semanas. Una cita en la que encontró al cura animado pese a sus problemas de salud y en la que le había apuntado que le apetecía acudir a la capilla este lunes. «No por el homenaje, que no lo quería», sino para recibir allí el sacramento de la extremaunción «para que la gente vea que es un sacramento para vivos», contó Leonardo Lemos.

 

Manuel Fernández Vidal, párroco de Sandiás
Manuel Fernández Vidal, párroco de Sandiás

«Eu penso que si el puidese escribir o guión da súa vida, precisamente sería este: falecer o día do san Bieito. Todo isto que se ve aquí é mérito seu. Eu penso que non últimos cincuenta anos non deixou de vir nin un so día. Traballou incesantemente, coas súas propias mans quitando maleza, plantando árbores...», recordaba el alcalde de Sandiás, Felipe Traveso. El regidor, lamentaba, no obstante, que el sacerdote no hubiera podido sentir en persona el cariño de sus feligreses en ese acto de reconocimiento y agradecimiento que le tenían preparado. «Eu non creo nos homenaxes póstumos;penso que á xente hai que facerlle os recoñecementos en vida. E teríamos que habelo feito antes. Chegamos tarde», decía.

«Isto era toda a súa vida. Aquí atopou o seu lugar. Collía o sacho, o fouciño, o que fixera falta e púñase a traballar», contaba su sobrino Luis Nogueiras, que se encargó de descubrir la placa de agradecimiento. Él recordará a su tío por su sentido del humor «con moita retranca», por su profundo amor por Galicia y, sobre todo, por su bonhomía. Esa bondad era lo más repetido también por sus emocionados feligreses. «Era unha boa persoa. Non hai outro xeito de definilo: un home realmente bo, sen dobreces», resumía Arturo, que a sus 76 años recuerda perfectamente cómo el trabajo del sacerdote fue transformando el lugar.

Manuel Fernández Vidal será enterrado hoy en San Miguel de Torneiros, de donde era natural; pero antes, en la parroquial de San Esteban de Sandiás se celebra su funeral, a las 17.00 horas.