Ocho años de cárcel para tres acusados del cultivo masivo de cannabis en Tamallancos

m. v. OURENSE / LA VOZ

SAN CRISTOVO DE CEA

La sentencia por uno de los mayores alijos de los últimos años contempla además multas de 3,5 millones

09 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El juzgado de lo penal de Ourense ha dictado una dura sentencia contra los responsables de uno de los mayores alijos de cannabis incautados en la provincia en los últimos años. Condenas de varios años de cárcel y severas multas, que llegan a los 3,5 millones de euros, son la respuesta judicial, que aún no es firme, a unos hechos que los agentes de la Guardia Civil descubrieron en agosto del 2012 en Tamallancos, Vilamarín.

En ese municipio, concretamente en el lugar de Malladoiro, Carlos Martínez y su hijo Paul Joseph Martínez, los dos principales imputados en esta causa, se dedicaban al cultivo de las plantas en invernaderos situados en una finca que el padre de Carlos había comprado años antes a un particular. De acuerdo con la sentencia, tras la compra de la finca los dos acusados encargaron la realización de varias obras destinadas a convertir las estructuras en zonas totalmente automatizadas para el cultivo del cannabis, para el que se utilizaban abonos destinados a un crecimiento rápido de las plantas. Una vez que tenían el tamaño adecuado, se cortaban y se trasladaban hasta la vivienda de Carlos, en la que se habían instalado humidificadores y ventiladores para secarlas. También allí se trituraban para su venta a consumidores.

La sospecha de que allí pasaba algo ilegal la tuvieron los agentes del instituto armado de los puestos de Cea y Tamallancos meses antes de que se desencadenase la operación y, según consta en la sentencia, la madrugada anterior, durante una vigilancia «detectaron la presencia de un fuerte olor, descubriendo la plantación existente en el interior de los invernaderos». Eso fue determinante. Horas después, ya con autorización judicial, se registraron las plantaciones, en las que ya no había plantas, pero sí restos del cultivo. Ya por la tarde, y de nuevo previa autorización judicial, se registró la vivienda de Carlos, en Vilariño. Allí estaba el alijo. Da cuenta la resolución de que el peso total de las plantas era de 1.300 kilos, con un valor de 1,3 millones en el mercado.

Gran parte de la sentencia la dedica la magistrada a razonar sobre las cuestiones previas planteadas por las partes. Una de ellas solicitaba la nulidad de las actuaciones derivada de la declaración de un cómplice también condenado, Artyom Baghdasaryan, alegando que habría declarado sin abogado. Otra de las defensas pidió también la nulidad, en este caso por considerar que se había roto la cadena de custodia de la droga, si bien la ponente considera que todo el proceso se ajustó a la legalidad, por lo que no acepta ninguna de las dos cuestiones. Eso sí, tiene claro que es imposible pensar que tanta cantidad de cannabis fuese destinada al consumo particular, por lo que no tiene dudas para condenar a los acusados. Así, impone a Carlos cuatro años de cárcel y dos millones de euros de multa, mientras que para su hijo son tres años de prisión y 1,5 millones de multa. En cuanto a Artyom, recae sobre él una condena de un año de cárcel.