Esta semana nos enterábamos de lo que piensa el Gobierno de Pedro Sánchez de la estación de mercancías que demandan los empresarios de San Cibrao das Viñas. Su propuesta, que no es un castillo de naipes y que cuenta incluso con un anteproyecto que la valora en veinte millones de euros, no tiene cabida para los responsables de Transportes. Su respuesta es asombrosa. El primer argumento que utilizan para sacarse de encima una pregunta del PP sobre este tema es el que más llama la atención. Aseguran que no tienen conocimiento de esa demanda. Es curioso que así sea cuando dos delegados del Gobierno en Galicia conocieron de primera mano la propuesta e incluso mediaron para tener una reunión con ADIF, que tuvo lugar el pasado verano para presentarle el anteproyecto. Se ve que de ahí no pasó y que se fue directo a un cajón. También es curioso el segundo razonamiento que utilizan. Aseguran que ya hay una estación en uso a menos de diez kilómetros. Se refieren, por si no se han dado cuenta, a los viejos muelles del siglo pasado que se encuentran al lado de la intermodal. Unas instalaciones de otra época y que ocupan un espacio valiosísimo para la ciudad en el barrio de A Ponte. La estocada definitiva llega con la tercera argumentación y que es algo así como un órdago a la grande. Vienen a decirle a los empresarios que si quieren una terminal de mercancías que se la paguen ellos. Se olvidan que el de San Cibrao, junto con los otros polígonos que le rodean en su área de influencia, conforman la mayor zona industrial de Galicia y no se merecen, al igual que Ourense, otro aldraxe tras el tijeretazo a la intermodal.