Masificación diurna en San Cibrao

UXÍA CARRERA / m. a. OURENSE / LA VOZ

SAN CIBRAO DAS VIÑAS

05 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

San Cibrao das Viñas es uno de los concellos de Galicia donde más aumenta la población diurna a causa de su polígono industrial, según el Instituto Galego de Estadística. Los desplazamientos constantes por motivos laborales reúnen a una gran abundancia de trabajadores durante el día.

La zona empresarial, supeditada a este ritmo de vida, procura estar adaptada a la cantidad de personas que congrega cada jornada. Para desplazarse hasta el polígono de San Cibrao das Viñas hay empresas particulares de las que trabajan allí que ofrecen servicio de transporte a sus propios empleados desde la capital ourensana, y a mayores existe un bus público de Anpian con cuatro turnos al día tanto de ida como de vuelta para el personal de cualquier empresa. Aún así, la gran mayoría de los trabajadores se desplazan en su coche personal.

El polígono también requiere un servicio hostelero en proporción a todos los consumidores diarios. A pesar de que algunas empresas cuentan con comedor y cocina propia, San Cibrao y la zona cercana de Reboredo disponen de varias cafeterías y restaurantes que se llenan todos los mediodías, alguna de ellas con servicio de hotel incluido. Sin embargo, tan solo dos de ellas funcionan 24 horas debido a la menor afluencia de gente por la noche. La prestación de cafetería triunfa mucho más entre los obreros que la de restaurante por falta de tiempo en medio de la jornada laboral. Si bien en el período estival hay muchos menos trabajadores a causa de las vacaciones, la aglomeración de clientes diarios en invierno sobrepasa la capacidad de las cafeterías. «Está muy masificado, hay poco donde comer para toda el mundo que trabaja aquí», denuncia un trabajador.

En cuanto al precio, el coste estándar es sobre doce euros un menú completo y nueve euros medio menú en todos los locales del polígono. Para un trabajador que necesite comer todos los días en el polígono supone un gasto aproximado de 50 euros a la semana. «Se aprovechan de que comes aquí o no comes. Para la comida diaria y la gasolina del coche hacen falta unos 200 euros al mes», explica un obrero en la cafetería.