Menos de doscientos curas se reparten 735 parroquias

Fina Ulloa
fina ulloa OURENSE / LA VOZ

SAN CIBRAO DAS VIÑAS

MIGUEL VILLAR

La edad media de los sacerdotes ourensanos es de 67 años

10 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los sacerdotes ourensanos celebraron en el Seminario Mayor la fiesta de San Juan de Ávila, patrón del clero español. La cita, presidida por el obispo de la Diócesis de Ourense, Leonado Lemos Montanet y que se inició con una conferencia de Juan Carlos Mateos González, secretario de la comisión del clero en la Conferencia Episcopal Española, sirve además para que los curas con mayor trayectoria conmemoren sus muchos años de ejercicio.

Ayer tres celebraban las bodas de plata: José Ramón García, párroco de San Salvador de Vila de Rei; Carlos González, titular de la parroquia de San Ildefonso de San Cibrao das Viñas; y Francisco Prieto, vicario parroquial de San Pío X y vicario para la Nueva Evangelización. Otros tres alcanzaban las bodas de oro: Máximo Conde, párroco de San Bartolomé de Ganade; Evencio Domínguez, de la de San Adrián de Cexo; y Mario Crespo, administrador parroquial, entre otras, de Santiago de Rabeda. Pero aún eran más los que ayer llegaban a los 60 años de ejercicio; en concreto 14, de los que ocho aún siguen en activo. Estos últimos son el mejor reflejo del perfil actual del clero ourensano, que sigue en sus obligaciones a edades muy avanzadas. La media es de 67,5 años.

Y es que el perfil de los sacerdotes no dista mucho del general de los habitantes de la provincia; marcado por el envejecimiento y la falta de nacimientos -en este caso vocacionales- que les hace sentirse obligados a ese sobreesfuerzo. Hay 192 curas para atender las necesidades de las 735 parroquias de la Diócesis de Ourense y que, además, se reparten el resto de tareas relacionadas con el resto del organigrama de funcionamiento diocesano, obispado y seminarios, entre otros.

Así que no solo los curas más mayores trabajan hasta que las fuerzas, o los achaques de la edad, no les dan para mantener el ritmo. Los que están en lo que podría llamarse edad productiva en la vida civil, se multiplican para atender a varias parroquias y, en general los más jóvenes, asumen hasta siete u ocho. Incluso hay quien lleva once.