La estructura, ubicada en el salón parroquial, incorpora nuevas piezas con movimiento
25 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La pandemia obligó a que el pasado año las más de seiscientas piezas que conforman el belén hebreo de Rubiá permaneciesen solas, sin recibir al público que desde hace años se acerca para verlas en la composición que ocupa más de 50 metros cuadrados en el salón parroquial de esta localidad del oriente ourensano. Las dimensiones que ha alcanzado este proyecto, nacido de la ilusión y el trabajo artesanal de María del Carmen Núñez hace 23 años, lo han convertido en ocupante permanente de ese espacio y no es raro que algún curioso de paso pida verlo en cualquier época del año; pero es en las fiestas navideñas cuando esta composición se transforma en un atractivo gancho para atraer visitantes a este pequeño municipio ourensano.
La última Navidad se consideró más adecuado cerrarlo para evitar riesgos a los potenciales visitantes, pero tras ese parón, este año el belén hebreo vuelve a convertirse en el principal referente de las fiestas en la localidad. Una de sus características de esta composición es la cuidada ambientación de figuras y decoración en el contexto histórico de la vida de Jesús de Nazaret en cuatro escenarios distintos. «Evitamos elementos alleos e coidamos moito que tanto as figuras como a ambientación e construcións ou oficios se axuste á realidade daquela época», narra Carmen Núñez. La promotora sigue encargándose de la parte artística en la decoración de las figuras y de las construcciones, mientras que Antonio García se ocupa de las cuestiones relacionadas con la mecánica y la iluminación. El belén ofrece sus escenas en cuatro momentos —amanecer, día, atardecer y noche— y son muchos los elementos y figuras con movimiento. Entre las incorporaciones de este año, los visitantes podrán ver a un pescador en plena faena, un agricultor cavando y también una noria y un trillo funcionando. «Procuramos que cada ano haxa cousas novas, pero sempre coidando da harmonía do conxunto e evitando anacronismos», apunta Carmen. La instalación se abre todos los días, de 17.00 a 20.00 horas desde el 25 de diciembre hasta final de las vacaciones escolares. A partir de esa fecha se podrá visitar todos los fines de semana durante enero y febrero. La entrada es gratuita aunque se agradecen los donativos para ayudar a los gastos de mantenimiento.
La composición representa varias escenas bíblicas y cuenta ya con cerca de setecientas piezas.