Suso Dabarca, el futbolista que cumplió los 65 años con las botas puestas

RIBADAVIA

Dabarca, con sus compañeros del Francelos Veteranos
Dabarca, con sus compañeros del Francelos Veteranos Santi M. Amil

El exjugador del Ribadavia, Arenteiro y Ourense B sigue compitiendo cada sábado con el Francelos Veteranos

20 mar 2023 . Actualizado a las 22:06 h.

Jesús Dabarca Amil (Francelos-Ribadavia, 1958) es uno de esos personajes imprescindibles en el fútbol ourensano. Y eso que limitó su carrera geográficamente por motivos laborales —trabajó 43 años en Coren— y familiares. En todo caso, siempre cerca de un balón. Al punto de que con 12 años asomó por los juveniles del Ribadavia Atlético: «Jugaba con niños mayores y con ficha falsa, esas cosas que se hacían en aquella época». A los 65, celebró su cumpleaños con las botas puestas, junto a sus compañeros del Francelos Veteranos: «Me prejubilé hace cinco años, pero no me veo sin jugar al fútbol».

Con 14 ya se iba con la primera plantilla de O Xestal, que estaba en «una Preferente tan complicada o más que la Tercera de ahora», como relata Suso antes de contar su experiencia en una prueba con el Real Madrid: «Fui con Pichi Lucas, que tenía un año menos que yo. Aunque no me llamaron después, fue inolvidable. Amancio era el entrenador de los juveniles y estuvimos quince días a cuerpo de rey, jugando en los entrenamientos con la primera plantilla de Boskov y con Santillana en frente».

De vuelta a casa, el Pontevedra —entonces en Segunda División— le ofreció un contrato profesional de cinco años: «Yo ya tenía novia, después mi esposa, y aunque me dijeron que estaba loco, dije que no, porque entonces no era fácil viajar a esa ciudad, te llevaba más de dos horas por una carretera complicada. Después me vino a buscar Arcángel para el CD Ourense y jugué en su filial unos años, pero me fui al servicio militar y no quise volver al Ourense, así que me declararon en rebeldía».

En el Ribadavia y el Francelos se pasó media vida. En este último además fue entrenador en cuatro etapas distintas: «Y en todas ellas logramos algún ascenso», subraya. Entre medias emprendió un corto viaje a O Carballiño, en donde formó parte de la plantilla del Veracruz, antes de dar el salto al Club Deportivo Arenteiro, hoy tan de moda en el panorama nacional: «Entonces estaba en Tercera, pero era como una Segunda B, porque esa categoría la crearon después. Teníamos rivales como el Ourense y Lugo y yo creí que no iba a tener minutos. Había gente como Raúl o Doforno, que venía del Atlético de Madrid, pero Luis Viñas me dio confianza y jugué casi siempre».

Suso controla un balón con la pericia de que siempre hizo gala sobre el césped
Suso controla un balón con la pericia de que siempre hizo gala sobre el césped Santi M. Amil

Dabarca dejó el balompié federado con más de 38 años, pero recuerda que su intento de apartarse del campo de fútbol fue fallido: «Crearon la liga de Veteranos y me dijeron que tenía que echar una mano en el equipo del pueblo. Ahora ni me lo planteo, porque me siento bien. Soy un privilegiado, nunca tuve lesiones de importancia. Ando, nado cuando puedo y compito. Tengo compañeros y rivales a los que les llevo 35 años, pero aún puedo ponérselo difícil».

Saca pecho por su equipo, «son todos estupendos» y espera cruzarse algún día con su hijo Jesús o con Pablo, al que siguió durante sus nueve años en la cantera del Celta: «Podía ser profesional, pero también optó por la vida más familiar». Sus tres nietos también le siguen a pie de campo: «Harán lo que les guste, pero hay posibilidad de ver algún Dabarca más sobre el césped».