«Teñen que buscar unha solución; levamos tres días sen gota de auga»

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

RIBADAVIA

María, fregando en la cocina del Bar A Parra con un bidón de agua recogido en la fuente de Francelos
María, fregando en la cocina del Bar A Parra con un bidón de agua recogido en la fuente de Francelos Santi M. Amil

El Concello de Ribadavia trabaja en una captación desde el río Avia

09 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los cortes de agua nocturnos que desde el pasado viernes se están realizando en Ribadavia con el objetivo de que el depósito que abastece a la capital de O Ribeiro se recupere, no están dando resultado. Entre otras cosas porque el caudal del arroyo Maquiáns, del que se capta esa agua, es cada vez menor. «Iso non é nada; é a mexadiña dunha pita», ejemplificaba este lunes un indignado vecino para definir el agua que llega a esa zona de captación. «Teñen que buscar unha solución; levamos tres días sen auga. Que fagan algo; non podemos seguir así. E dende logo, se non teño servizo, terán que descontarmo dos recibos», apuntaba Víctor, residente de la rúa Ribeiro.

Muchos miran hacia el Avia, otros hacia el Miño, y todos coinciden en señalar la paradoja de que un municipio por el que pasan esos dos ríos se empeñe en sobrevivir con el cauce mas pequeño de los tres que lo cruzan. El Concello está trabajando en una instalación provisional que permitirá bombear en torno a 40 metros cúbicos a la hora hacia la depuradora. «O consumo está en setenta metros cúbicos pero esta cantidade daría para garantir que manteñamos o depósito no nivel necesario para chegar a tódolos veciños», explicó el concejal Ignacio Gómez. El problema es que no hay fecha para disponer de esa solución y aunque desde la entidad municipal apuntan a que pondrán a trabajar a todo el personal disponible para ayudar a la empresa y reducir plazos, en la calle el enfado de los vecinos es cada vez más palpable.

También lo notan en las dependencias de Aqualia —concesionaria del servicio— y en la casa consistorial. En ambos puntos se multiplican las quejas, tanto los que residen en algunas calles de la villa como en otros núcleos que comparten el abastecimiento. Uno de los argumentos más repetidos es por qué hay zonas en las que disponen de agua día y noche, mientras en otras llevan ya más de dos jornadas sin ella. «Eu levo máis de 72 horas sen gota; que a corten a todo o mundo para dar tempo a que se repoña», protestaba un vecino de Ventosela.

Y precisamente ese es uno de los problemas; que no se puede cerrar toda la red. La razón, según explican en la empresa, es que buena parte de la canalización de abastecimiento es muy antigua y las tuberías son aún de fibrocemento. Ocurre, por ejemplo, en todo el casco histórico. Según los técnicos, si se cerrase el suministro en esas zonas, la presión de las bolsas de aire al retomar el servicio provocaría reventones. Así las cosas, lo poco que crece el depósito con lo que acumula durante la noche de un arroyo prácticamente agotado, se consume a primera hora de la mañana y falta presión para llegar a los pisos o zonas más altas. Precisamente para intentar paliar este problema el Concello ha decidido abrir el suministro solo en dos tramos: de 13.00 a 15.00 y de 20.30 a 23.00 horas.

«Nós estamos nun terceiro e temos tres ou catro horas ó día como moito; e con pouquiña forza» decía Susana, de la calle Muñoz Calero. «Collemos en caldeiros e garrafas para fregar e para os baños, cando a hai. Onte, por exemplo, veu de unha a cinco da tarde», contaba tras recoger los litros que le correspondían en las dependencias de la empresa concesionaria.

El peregrinar de los vecinos a esa oficina fue constante este lunes. Aunque la distribución se inició el sábado y se mantuvo el domingo, la demanda se disparó ayer. Algunos salían con tan solo una garrafa, otros cargaban hasta cinco. El reparto se hace dependiendo de los miembros de la familia que aparezcan en la base de datos como ocupantes de la vivienda (dato que no siempre es exacto, porque en algunas casas tienen estos días a familiares de vacaciones), a razón de una garrafa de cinco litros por persona y día. Pero hay cierta flexibilidad. «Nós levamos catro, as de dous días, porque mañá non podemos vir», explicaba otra de las vecinas. Este es otro de los problemas que afrontan algunos residentes fuera de la villa ribadaviense. Reclaman que se pongan en marcha puntos de reparto móviles en sus núcleos para evitarles tener que coger el coche o incluso depender de otros para desplazarse a la capitalidad municipal.

Algunos, como los de Francelos, van apañándose con la ayuda de las fuentes del pueblo. «Temos dúas e de momento parece que manteñen o caudal. Na casa somos cinco e grazas a iso imos tirando para a limpeza e os baños. E a auga esta que nos dan reservámola para lavar os dentes, cociñar e beber», matiza Mari Luz.

Mientras, en el Concello utilizan sus registros de Servicios Sociales, en el que se incluyen dependientes y mayores que viven solos, para llevarles las garrafas a domicilio.

Cortegada se suma a los cortes nocturnos como medida preventiva

Ribadavia no es el único ayuntamiento que ha tenido que tomar medidas por la sequía. Dentro de la misma comarca de O Ribeiro, en el municipio de Cortegada se han puesto en marcha cortes de agua nocturnos. «É unha medida preventiva, con vistas a aumentar as reservas e ter o abastecemento asegurado de cara as festas», explica el regidor Avelino de Francisco. Entre el 12 y el 14 de agosto celebran la feria de artesanía y la Festa do Porco Celta, que atraen a cientos de visitantes. Ese incremento de la demanda se suma al que ya se viene registrando estos días por los familiares de vecinos que llegan a pasar el verano al pueblo. Los cortes en este núcleo se mantienen entre las once de la noche y las cinco de la madrugada. Similar medida se está aplicando en otros municipios, como Trasmiras, mientras que varios más están vigilantes y confían en que las medias de ahorro tanto desde el ámbito público como las recomendaciones a la población den sus frutos y no haya que llegar a esos extremos. Xinzo, Cualedro, Boborás, A Rúa y Petín son algunos de la lista. Para muchos no es la primera vez que es necesario realizar restricciones, principalmente porque sus poblaciones se multiplican en esta época del año con la emigración retornada por vacaciones y los depósitos no están dimensionados para ese consumo. Un problema que se agrava año a año porque las precipitaciones cada vez más escasas se acaban notando en los acuíferos que surten los cauces de arroyos y ríos de los que se abastecen muchos núcleos.

La capital ourensana ya concentra su abastecimiento en el Miño, como cada verano, debido al bajo nivel en el embalse de Cachamuíña. Sin embargo en Pereiro de Aguiar, donde se ubica precisamente esa presa, no tienen problemas porque ellos se abastecen exclusivamente de dos captaciones del Miño.