El 10 de julio de 1987, Antonio Álvarez Sousa se hizo cargo del negocio
27 mar 2021 . Actualizado a las 17:41 h.Cerró uno de los establecimientos hosteleros de referencia en Ribadavia. El de toda la vida. De esos a los que ya iban los que hoy son abuelos y, hasta hace poco, sus nietos. El 10 de julio de 1987, Antonio Álvarez Sousa se hizo cargo del negocio que regentaba otra familia y decidió no cambiarle de nombre. Más de treinta años después se jubila un poco antes de lo esperado. La pandemia aceleró las fechas. No lo pudo hacer como siempre había pensado: despidiéndose de sus clientes en persona. Por eso se puede ver en la puerta de O Xudío una nota de agradecimiento a todas las personas que en alguna ocasión pusieron un pie dentro. Era el lugar de referencia. Incluso de aquellos que a última hora de la mañana o de la noche no encontraban nada abierto para comer. Siempre abierto, ofrecía todo tipo de tapas. Y si era fin de semana y había marcha en la villa, pues seguía abierto de madrugada. Solo cerraba los miércoles, si no era día festivo. «Cando o bar aínda non era meu eu xa viña os domingos a tomar a tapa de orella. Agora resulta estraño que estea pechado. Nos tempos bos de discotecas e pubs na vila ata aquí chegaban mozos de O Carballiño, A Cañiza e Celanova. Houbo tamén tempos peores, pero gustoume moito este traballo», afirma Antonio.