Los populares reclaman que después el Concello las señalicen advirtiendo si el manantial es potable o no
18 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La declaración de no apta para beber del agua de la traída de Ribadavia ha puesto sobre la mesa otro posible problema para la salud pública, la falta de control sobre las fuentes públicas. Basándose en que «moitos veciños fan uso das fontes naturais sen tratamentos de potabilización», el portavoz del Partido Popular, César Manuel Fernández, ha presentado un escrito reclamando que se analicen todas las fuentes de uso público. Reclaman en su escrito que se analicen todas las repartidas por el territorio municipal y se verifique que cumplen todos los parámetros recomendados, desde la turbidez a los esterococos, sin olvidar el aluminio, el hierro o el arsénico. Una vez realizadas las analíticas, los populares quieren que «se sinalicen de forma adecuada indicando se son aptas para o consumo humano».
La petición del grupo de la oposición llega después de que el miércoles la turbidez del agua de la traída no cumpliera los parámetros que marca la Conselleríla de Sanidade. La lluvia de los días anteriores había arrastrado las cenizas de los incendios de otoño al depósito situado en Carballeda de Avia, provocando la anomalía. Y la situación se mantiene. La previsión de lluvia provocó que desde la Xunta se optase por mantener la declaración de no apta pese a que los análisis del viernes ya señalaban que los parámetros cumplían la normativa. Mientras dura la situación, la empresa concesionaria del agua, Aqualia, reparte garrafas en su sede.