Ramirás aparca el agua embotellada al bajar el nivel de arsénico

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

RAMIRÁS

Santi M. Amil

En el verano, se prohibió el consumo doméstico en cuatro parroquias por la alta presencia de este metal

11 ene 2018 . Actualizado a las 16:40 h.

Después de seis meses sin poder gastar agua del grifo, los cerca de 300 vecinos de cuatro parroquias de Ramirás afectados por la presencia de niveles de arsénico más altos de los que permite la normativa, ya pueden volver a consumirla. Así lo informó el alcalde, Juan Carlos Rodríguez Matías (PP) en un bando emitido esta semana, haciéndose eco de que las analíticas de Sanidad realizadas en diciembre mostraban una presencia de 7 microgramos de arsénico por litro en el agua potable, por debajo del máximo permitido de 10 microgramos. El Concello ya no tendrá que repartir las garrafas de agua embotellada que servía cada semana -con un cálculo de treinta litros por persona- para unos 280 vecinos. Y aunque el coste económico fue pequeño para el Concello, el alcalde respira porque con la bajada de los niveles de este metal y la vuelta a la normalidad, tendrá más tiempo de buscar una solución para que no se repita el problema.

Y es que la presencia de arsénico en el agua del río Tuño, de cuyo naciente se abastecen las parroquias de Vilameá, Paizás, Freás y Mosteiro, se debió a un fenómeno «raro», según el alcalde, detectado en una analítica el 17 de julio. Hacía un año habían tenido un episodio de contaminación en la ETAP, pero se corrigió con una limpieza general. Esta vez el arsénico llegó al cañón de carga del embalse del Tuño. En estos seis meses, en los que la escasez de agua de lluvias influyó en la subida de los niveles máximos, el Concello buscó nuevas captaciones, por sugerencia de Sanidad. Según la portavoz socialista, Isabel Gil, el alcalde no tomó ninguna medida y critica que se cuelgue «medallas» con restitución de la normalidad por la llegada de las lluvias. Rodríguez Matías dice que sabía que le problema se subsanaría al llover, pero baraja opciones para evitar que se repita: hacer una captación en los regatos O Carballo o Santa Eufemia, afluentes del Tuño, con suficiente caudal, u optar por un sistema de ósmosis que están ofreciendo algunas empresas para filtrar el agua. El coste no sería elevado, unos 34.000 euros de partida, pero tiene un problema que el alcalde ve difícil de solucionar. Los equipos y materiales no vienen legalizados sanitariamente. Lo que no quiere Rodríguez es bombear agua desde el río Arnoia. Sería de peor calidad y más caro.

El problema diario no ha sido tanto para los vecinos, pues el 98% de los afectados cuentan con pozo propio o traídas en los pueblos, cuenta Mari Carmen Alonso. Ella asegura que tiró de su pozo pero que ahora va a volver a gastar agua del grifo.