«Que no consiguiéramos una ley educativa de consenso es un fracaso»

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

RAIRIZ DE VEIGA

cedida

El docente y político Daniel Barata acaba de ser nombrado Docente Exemplar Ourensano 2018

17 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Daniel Barata Quintas (Rairiz de Veiga, 1943) se enfrentó a la decisión de cómo introducirse en el mundo laboral la única opción para estudiar en Ourense era Magisterio. «Hubo un momento en que la mayoría del profesorado de toda España estaba compuesto, predominantemente, por ourensanos. Y la razón fundamental es que no había otra cosa», cuenta.

Pasados los años, se licenció en Filosofía y Letras y Psicología. «Cuando ya era maestro y estaba casado saqué otras dos carreras. Estudié durante toda mi vida. Aunque se aprende tanto, o más, en el día a día», afirma. Entre los años ochenta y hasta bien entrado el siglo XXI ocupó diversos puestos políticos, primero como concejal y más adelante en el Gobierno autonómico. Y ahora acaba de ser nombrado Docente Exemplar Ourensán 2018 por el sindicato independiente ANPE (Asociación Nacional de Profesores Estatales) por su dedicación a la educación desde diferentes ámbitos: la política, la inspección y la formación. Recogerá el premio el 20 de octubre, en un acto solemne organizado por el sindicato que homenajeará a los profesores jubilados.

«A nivel profesional, incluso cuando hablo de mi etapa en la política, no tuve frustraciones. A mí cuando algo no me gusta no me quejo, me voy. Yo dimití un par de veces y luego volví, aunque no al mismo sitio. Y como inspector de educación abogué por usar siempre la palabra como medio para solucionar problemas», resume cuando le preguntan qué es lo que más le reconforta de su vida laboral.

Confiesa que no le gustan mucho las nuevas tecnologías porque percibe que sirven para aislar a la población. Sin embargo, sonríe cuando explica que le encanta el WhatsApp para hablar con sus nietas y que le manden fotos cuando están de viaje o no puede pasar mucho tiempo con ellas.

Achaca la alta implicación social de los docentes locales a que la población ourensana tiene unas características particulares: «No somos de una gran ciudad entonces es más fácil establecer un contacto con los alumnos y el resto de compañeros de profesión». Y aunque ser de una población pequeña tiene ventajas como mantener relaciones casi sin esfuerzo, Barata es consciente de que a la vez la provincia sufre la despoblación en el rural. «Tenemos serios problemas y el descenso de la población puede llegar a límites más peligrosos. El rural está casi extinto. Y tiene algo que ver el sistema de estructura familiar que había antes y el que hay ahora. El sistema laboral tampoco propicia, en absoluto, que la gente se anime a tener hijos. Y el sistema de transmisión patrimonial no ayuda consiguiendo que las haciendas mermen cada vez más en lugar de crecer. Son muchos los factores que habría que abarcar para frenar la despoblación y hay que planteárselo a largo plazo, como algo generacional», defiende. «La emigración no fue un capricho, la emigración fue una necesidad. Y creo un problema social en cuanto a la estructura familiar porque mucho de los que se marcharon ya no volvieron. Y ahora está volviendo a pasar», lamenta.

Sobre cómo debe ser un buen maestro considera que no existe un prototipo determinado. «Puede tener de todo, hasta mala leche, pero controlada. Educativamente la falta de control, en cualquier situación, es mala», aclara. Y se muestra algo pesimista en cuanto a la falta de una ley educativa de consenso, pero incidiendo en que cambiar la legislación no es tan sencillo como puede parecer. «Las leyes para que sean buenas tienen que ser conocidas por la sociedad para que se sepa qué se va a hacer, por qué y para qué. Cuando se aprueba debe ser un texto perfectamente conocido por todos. Y aquí somos muy dados al decreto ley y esto conlleva la falta de estudio y profundidad. Que no hayamos conseguido hacer una ley educativa de consenso es un fracaso de los políticos», finaliza con cierto pesar.