Es curioso comprobar qué motivos son los que un partido político considera suficientes como para expulsar a uno de sus miembros. Estar implicado en una investigación judicial suele no serlo, pero no respetar la fidelidad absoluta al líder es un pecado mortal en política. En su fiebre de fichajes estrella del año 2010, el PP incorporó a sus filas a Xaquín Rodríguez Ambrosio, alcalde hasta entonces nacionalista de Rairiz de Veiga. La apuesta les salió rana a los populares ya que el regidor exBNG acabó condenado por prevaricación. La Justicia lo apartó del cargo y lo sustituyó Asunción Morgade, que solo se hizo militante del PP después de asumir la alcaldía. Esa recientísima afiliación permite al partido poder seguir presumiendo de un número concreto de ayuntamientos bajo signo popular, pero no a todos los miembros de la formación les parece que eso sea suficiente. Dos concejales del PP -de los de toda la vida, no recién llegados- dicen que quien realmente sigue ejerciendo como alcalde es Rodríguez Ambrosio. Una prueba evidente de ello es que este acompañase a Morgade a una reunión con nada menos que un conselleiro. Esa foto, la de un alcalde inhabilitado por incumplir la ley en un despacho oficial, no molestó al PP de Ourense. Lo que sí alteró a los populares fue la reacción de los concejales que consideran que sobre Rodríguez Ambrosio no debe recaer ninguna responsabilidad pública, ni formal ni informal. De este modo, la decisión del PP fue expulsar a esos dos ediles y así, de paso, lo que hacen es respaldar a quienes desprecian las sentencias judiciales.