El ejemplo de Rairiz de Veiga

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón A LA CAÍDA

RAIRIZ DE VEIGA

04 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Quienes estuvieron en el juicio al alcalde de Rairiz de Veiga cuentan que la condena estaba cantada. En su declaración dijo que contrataba personal con un criterio basado en la vecindad, es decir, solo a gente que viviese en el municipio y necesitase el empleo. Lo que podría parecer una noble disposición del alcalde a ayudar a sus convecinos es, en realidad, una perversión de la gestión pública porque las contrataciones en la Administración deben basarse en la publicidad, el mérito y la capacidad, no en la subjetividad del político de turno. También dijo que cometió irregularidades para así poder hacer más obras en el Concello. Otra vez, por tanto, el argumento del cacique bueno que ya hace tiempo que resulta irritante para unos ciudadanos que sí están obligados a cumplir la ley en su día a día. Como algunos políticos estaban acostumbrados a la impunidad, han tardado en asumir que ellos también están sometidos a la legalidad vigente y que son ellos los primeros que, como gestores públicos, deben dar ejemplo al respecto.

El caso es que la ejemplaridad en la actividad política es actualmente más que necesaria. Debe ir incluso más allá de lo que dice la ley y se echa en falta que aquellos que protegen al alcalde de Rairiz de Veiga relean la declaración judicial que hizo este y decidan si quieren seguir manchándose las manos con él. Ser tajante ante este modo de gestionar lo que es de todos sería muy adecuado para recuperar la confianza de la ciudadanía en la política.