Un menor sorprende a un ladrón en su casa, le riñe y lo lleva hasta la puerta

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

PUNXÍN

Agostiño Iglesias

El joven, de 17 años, estaba solo en su vivienda de Punxín jugando con el ordenador

19 jun 2018 . Actualizado a las 13:05 h.

Aunque todavía tienen el susto en el cuerpo, Sira Vázquez Valeiras relata incrédula y aliviada cómo su hijo menor, de 17 años, se encontró el pasado domingo a un ladrón dentro de su casa, en la parroquia de Lamas de Vilamoure, en el concello ourensano de Punxín. «Saímos o meu marido e mais eu a visitar a un familiar en Vilela, aquí ao lado, e o meu fillo quedou na casa co ordenador, como fai sempre», explica. A pesar de vivir en un pueblo muy tranquilo, el joven siempre cierra las puertas de su casa a cal y canto cuando se queda solo. Pero no fue suficiente. Un vecino problemático de otra localidad cercana aprovechó que el matrimonio había salido y, pensando que la vivienda estaba vacía, entró y empezó a revolver todo buscando dinero. No pensaba que a pocos metros había un joven sentado ante un ordenador escuchando música. «Meu fillo contoume que escoitou ruídos e ao principio pensou que eramos nós. Pero como era demasiado pronto, decidiu quitar os cascos e ver que pasaba», relata Sira Vázquez. Y, de repente, ladrón y joven se encontraron cara a cara en el dormitorio del matrimonio. «Primeiro non o coñecía porque había tempo que non o vira, pero soáballe a cara. Por iso reaccionou un pouco tranquilo», explica la madre. Tanto que, según relata, el joven recriminó al ladrón haber entrado en la casa sin llamar ni avisar, le invitó a irse y le acompañó hasta la puerta. «Segundo meu fillo, o ladrón dixo que viña a por uns 10 euros para poder ir visitar o seu pai ao cárcere de Pereiro, que gritou dende a rúa e que como ninguén contestou, decidiu entrar. Pero, claro, o meu fillo viu que todo o dormitorio estaba revolto e non quixo ter máis problemas», relata la madre. Lo cierto es que el ladrón, bien avergonzado por haber sido descubierto por una persona conocida o bien sorprendido por la entereza del joven, se marchó pidiendo perdón y sin llevarse nada de la casa.

La familia no pudo dormir tras el susto, aunque ayer aseguraban que están seguros de que el asaltante no volverá a probar suerte en su vivienda. «O fillo quedou tranquilo, aínda que seguirá pechando todo cando quede só na casa», dice la madre.

El ladrón, de 32 años de edad, fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad con la condición de investigado.