Diez meses sin la autopsia de un hijo

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

PUNXÍN

XOAN A. SOLER

Esperanza Rodríguez espera el informe forense sobre la muerte de Pablo en un accidente en Punxín

29 abr 2018 . Actualizado a las 13:29 h.

Pablo Iglesias Rodríguez tenía 31 años cuando perdió la vida en el kilómetro 80 de la autovía AG-53, en Punxín. Conducía su camión en dirección a Santiago, donde vivía, cuando por motivos que aún no se han podido esclarecer se empotró contra otro vehículo pesado con remolque que iba cargado de grandes bloques de piedra. El impacto fue tan brutal que la cabina quedó separada del resto del tráiler y se enganchó en la parte trasera del remolque con Pablo dentro, atrapado.

Aquel 7 de junio del 2017 lucía el sol y la madre de Pablo, Esperanza Rodríguez, estaba más tranquila que otros días. Aunque siempre sufría al pensar que su hijo estaba de aquí para allá en la carretera, esa preocupación era mayor cuando la lluvia, la nieve o los temporales hacían acto de presencia y complicaban la conducción. «Mais ese día lucía o sol», recuerda amargamente esta compostelana.

Todo lo que ocurrió desde ese momento ha destrozado a Esperanza y a su familia. Al dolor inabarcable de la pérdida de un hijo se une que llevan diez meses esperando a que les entreguen el resultado de la autopsia. Son ya 296 días de angustia, de sensación de abandono por la Administración y de preguntas sin responder que reabren una y otra vez una herida que es ya de por sí imposible de cerrar, pero que se agranda cada vez que siguen ignorando su sufrimiento sin darle la menor explicación de por qué no les han entregado el resultado de la autopsia. «Non é normal que fagan sufrir así a unha familia e que levemos dez meses de espera. A día de hoxe, ninguén, absolutamente ninguén, se puxo en contacto con nós e non sabemos nada da autopsia, non sabemos nin o máis mínimo do informe do forense», lamenta.

Ver el cuerpo

Aquella aciaga tarde en la que ella, su marido y su otro hijo viajaron en coche entre gritos y llantos de Santiago a Ourense para ver qué había pasado se tuvieron que volver sin saber nada. En el hospital les dijeron que ese mismo día no podrían hacer la autopsia y, destrozados como estaban, tuvieron que darse media vuelta y volver a casa. Tan solo lograron, y después de mucho insistir y suplicar, que les dejaran ver el cadáver. «Eu nada máis que quería velo, porque non podía crer que fora el. Ata o último momento pensei que estarían equivocados, pero non, non foi así», recuerda.

Desde entonces, Esperanza solo tiene un teléfono al que ya ha llamado cien veces con la misma pregunta sin respuesta. «Sempre que chamo me din o mesmo, que aínda non está o resultado da autopsia», señala. Lo peor, es que ni siquiera es cierto. El Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) entregó el informe forense el 21 de febrero, como han confirmado a este diario fuentes de toda solvencia. El 26 de ese mismo mes fue remitido al Juzgado de Instrucción número 2 de O Carballiño. Esperanza y su familia llevan esperando dos meses de más por culpa de que la huelga de Justicia ha paralizado los juzgados gallegos desde hace ya casi tres meses y de que ningún trabajador se ha apiado de ellos y les ha contado la verdad.

Es cierto que autopsias como las de Pablo Iglesias son siempre largas y tediosas porque los estudios histiopatológicos deben enviarse a Madrid y siempre retrasan el proceso. Ahora bien, no hasta más allá de los diez meses. Estos últimos 60 días de agonía tienen como única causante la huelga indefinida en la Justicia gallega. «Poderían terme dito a verdade, que tiñan o informe pero que están de folga e non mo queren dicir, así polo menos tería quedado tranquila», se lamenta Esperanza al enterarse de que el informe de la autopsia de su hijo está listo desde febrero.

Ella no va a parar. No lo hizo tras el accidente. Llegó incluso a investigar hasta dar con el conductor del camión contra el que chocó su hijo. No quería más que saber si Pablo había sufrido. «Díxome que non, que só pediu auga e que non se enterou de nada, que xa morreu alí», explica. Eso, al menos, le dio algo de paz en estos diez largos meses de angustia y frustración.

El informe lleva en O Carballiño dos meses, pero la huelga en la Justicia lo ha sepultado

Seguirá luchando, como ya hizo hasta encontrar al otro camionero y saber que su hijo no sufrió