Porqueira resiste a la variante ómicron

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

PORQUEIRA

Celia y José Antonio creen que la clave es extremar las medidas de precaución
Celia y José Antonio creen que la clave es extremar las medidas de precaución Pablo Araújo

Los vecinos achacan la falta de casos a la prevención y a la buena suerte

04 ene 2022 . Actualizado a las 12:24 h.

Hace poco más de dos meses en la provincia de Ourense había 76 municipios libres de covid. Sin embargo, la sexta ola —que en el último recuento batió un nuevo récord con 5.421 vecinos con el virus activo— fue laminando poco a poco esa lista hasta dejarla reducida a su mínima expresión. Algunos entran y salen del privilegiado ránking de los libres de covid, pero solo Porqueira, cual irreductible aldea gala, resiste al invasor. Un invasor que, en este caso, no lleva corona de césar sino de virus y más concretamente de ómicron.

¿Pero cuál es el secreto de este pequeño municipio ourensano de apenas 900 habitantes para no haber sucumbido a la variante más contagiosa hasta el momento? Los vecinos que nos cruzamos —y que, por cierto, todos llevan puesta su mascarilla— le echan buen humor a la hora de buscar explicaciones: «Comer ben e beber de vez en cando unha copiña de licor», bromea Celia Soto. Más en serio, ella y su esposo, José Antonio Rivera, cuentan que la única clave es la prevención. «Nós este ano non nos xuntamos no Nadal, comemos sós coa filla; meus pais noutra casa coa miña tía; e a súa nai con outra filla coa que vive», narra José Antonio.

«O único segredo é andar con coidado. Usar a máscara cando hai xente xunta, e as vacinas seguro que tamén influirán; pero creo que nesto xoga moito a sorte», matiza José Luis Rodríguez, que aunque reside en Xinzo va con frecuencia a Porqueira porque de ahí es su mujer. También a la suerte atribuye Carlos Otero la falta de contagios. «Aquí temos Xinzo a un paso; somos moitos os que nos desprazamos a diario, ben por traballo, como é o meu caso, ou para ir mercar; e mira como está alí», matiza. Carlos sospecha que pese a la estadística oficial «pode que haxa algún que ni se enterou que a ten, porque con esta variante hai moitos asintomáticos e outros que a pasan pensando que é unha gripe ou un catarro», comenta.

Paola Picado es encargada de uno de los bares del pueblo y cree que la clave está en que los vecinos son disciplinados. «Aquí hay mucha gente mayor y son bastante precavidos. Se echan el gel nada más entrar, traen todos mascarilla y procuran guardar las distancias. Si hay un momento en que ven que hay más gente dentro, como a la hora del café, se reparten y quedan afuera o pasan a la terraza».

Sea suerte, prevención o los buenos alimentos, el caso es que, de momento Porqueira resiste a la variante ómicron. Y no es su único logro. Ha conseguido mantener a su residencia de ancianos libre de covid desde el inicio de la pandemia.

Hasta el momento en este municipio solo han registrado el fallecimiento de una persona por causa del coronavirus, y aunque sí sufrió episodios de contagios esporádicos, tan solo registró un par de focos importantes. Hace ahora un año, a consecuencia de una matanza hubo 27 contagiados. Fue el momento en el que tuvieron a más vecinos oficiales enfermos, aunque cuando hubo más personas afectadas fue el pasado verano. «Había muchísima gente de fuera, que no pertenecía al Sergas. Tuvimos que pedir un cribado porque se estaban haciendo los test de farmacia y les estaba dando positivo» recuerda la alcaldesa, Susana Vázquez. Era agosto. «Hubo siete vecinos oficiales y una treintena de extraoficiales contagiados», recuerda.