Tres años de cárcel para un octogenario por plantar con un mechero dos fuegos en Porqueira

m. v. OURENSE / LA VOZ

PORQUEIRA

P. V.

Un testigo lo reconoció «por su silueta y su forma de andar»

07 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque no es fácil conseguir pruebas para condenar a quienes queman el monte, esta vez ha sido posible. La Audiencia provincial considera probado que Rafael D. S., un vecino de San Mamede, en Porqueira, fue el responsable de los dos fuegos forestales que se registraron en la tarde del 17 de septiembre del 2017 en ese ayuntamiento, en una jornada en la que se había decretado riesgo extremo de incendio debido a las condiciones climatológicas.

En contra de los argumentos del acusado, que negó tajantemente haber estado en el lugar de los hechos, alegando que estaba en la cama, los magistrados ven más veraz el testimonio de un testigo, que aseguró haber reconocido al sospechoso «por su silueta y su manera de andar» y llegó a identificar el coche, sabiendo que le pertenecía al sospechoso por el marco que tiene en la parte trasera. Ambos se conocían previamente y, según declaró esta persona ante el tribunal, en el pueblo eran muchos los que sospechaban que el ahora condenado «prendía fuego». Así las cosas, se ha impuesto al acusado, de 80 años, una condena de tres años de cárcel como autor de un delito de incendio forestal. Es una pena inferior a la que reclamaba el Ministerio Fiscal, que en sus conclusiones definitivas había solicitado cuatro años y medio de cárcel.

En la sentencia los magistrados ven la declaración del único testigo, «persistente» y rechazan que hubiese denunciado al acusado por enemistad, como este aseguró en el juicio. «La supuesta enemistad que el acusado relata carecen de base fáctica para ser estimadas probadas», recoge la sentencia, que también echa por tierra otras de las principales bazas de la defensa: el testigo tenía miopía y astigmatismo y le habría sido imposible reconocer al acusado a una distancia de 625 metros. Y así, frente a los argumentos del perito de la defensa, que tildó de «imposible» que el testigo hubiera podido ver los detalles del coche, los togados se agarran a la comprobación realizada por los agentes de la Guardia Civil que hicieron una reconstrucción de los hechos, que corroboraron lo contrario. «El testigo identificó al autor de los incendios al conjugar su visión directa de lo que acontecía con los conocimientos previos que tenía sobre las características del vehículo y persona del acusado». Y, así, a pesar de que los incendios solo calcinaron 0,01 hectáreas, porque los bomberos llegaron enseguida, se condena a quien los provocó, quizás con la intención de provocar un daño mayor.