El crimen del holandés, al cine

María Cobas Vázquez
MARÍA Cobas O BARCO / LA VOZ

PETÍN

l. vázquez

«Santoalla», el documental de Daniel Mehrer y Andrew Becker acaba de estrenarse en el festival de Edimburgo

20 jun 2016 . Actualizado a las 10:06 h.

Con el juicio todavía por celebrar, la historia de Martin Verfondern, el holandés de Petín desaparecido en 2010 y cuyo cadáver apareció cuatro años más tarde en un monte de A Veiga, ya está en el cine. Tras meses de rodaje y diversas estancias en Valdeorras, los americanos Andrew Becker y Daniel Mehrer crearon Santoalla, que el viernes se estrenó en el Festival Internacional del Cine de Edimburgo (Gran Bretaña).

En su trabajo, los neoyorkinos contaron con el apoyo en la producción de la ruesa Cristina de la Torre. Los tres participaron en la proyección inicial de la cinta, en la que cuenta Becker salieron más que contentos. Colgaron el cartel de no hay entradas, y después de la proyección mantuvieron una «animada sesión de preguntas y respuestas sobre la cinta con el público». La respuesta, añade, fue «realmente positiva».

El tema de Santoalla, un pequeño pueblo en Galicia, ¿es fácil de entender por el público británico? «Yo creo que hay temas universales presentes en la película que el espectador entiende con facilidad. Para nosotros, el más destacado es el concepto de casa. ¿Qué hace que llames casa a un sitio, y qué significa?», responde. Precisamente al concepto de casa se refiere Margo Pool, la viuda de Verfondern en el trailer de la película. Cuenta ella que la primera vez que ella y su marido llegaron a Santoalla, él dijo que habían encontrado «el lugar perfecto» y que se convirtió en su «casa». Continúa Pool explicando después que durante los dos primeros años fueron inmensamente felices, pero después «las cosas cambiaron muy rápido».

Recuerda que en un primer momento pensó que Verfondern había sufrido un accidente, pero que con el paso del tiempo y ante la falta de noticias, empezó a recordar todo lo que había pasado con anterioridad, y entonces fue consciente «de que algo terrible había ocurrido».

Los presagios de Pool se cumplieron en junio de 2014, cuando por casualidad un helicóptero de extinción de incendios descubrió el todoterreno de Martin en una pista forestal. En las proximidades estaban los restos de su cadáver. Meses más tarde, los hermanos Julio y Juan Carlos Rodríguez -dos de los miembros de la otra familia residente en Santoalla, a los que Verfondern había llevado a los tribunales por los derechos sobre el monte comunal (y había ganado)- fueron detenidos como autores del crimen. Julio quedó en libertad a la espera de juicio, mientras que Juan Carlos está en prisión desde entonces. El fiscal les acusa de asesinato.

Buscando más festivales

Santoalla todavía tiene varios pases más previstos en el festival de Edimburgo, de aquí al próximo jueves. De manera paralela, los creadores siguen enviando la cinta a otros festivales, no solo europeos, sino también de Estados Unidos y Australia. La historia de Verfondern ya es una película.