Expulsan a un niño de diez años mientras se investiga si abusó de otra alumna de cinco en el baño de un colegio de Ourense

Un alumno de diez años de un centro de educación infantil y primaria de la ciudad de Ourense ha sido expulsado de las aulas mientras se aclara un presunto episodio de abuso sexual hacia otra escolar de tan solo cinco. El incidente habría ocurrido en un baño del colegio la pasada semana, a primera hora de la tarde, una vez terminadas las clases de este centro que dispone de jornada continua. Así lo confirma la Consellería de Educación que explica que «tivo lugar fóra do horario lectivo, concretamente durante o comedor, que xestiona a Anpa». Lo sucedido trascendió cuando la pequeña lo contó en casa y la dirección del centro puso en macha el protocolo correspondiente que marca las actuaciones a llevar a cabo en estos casos, según confirman desde la Consellería de Educación. «Foi abordado coa máxima celeridade e rigorosidade seguindo os protocolos establecidos, tanto por parte do centro como dos servizos técnicos da consellería», confirman desde la Administración autonómica.De ese expediente abierto deriva la primera medida tomada: la separación preventiva de las aulas para el alumno de diez años. El caso ha trascendido el ámbito escolar ya que el colegio ha presentado denuncia ante la Fiscalía de Menores que, en primera instancia decidió abrir  diligencias para determinar las circunstancias en las que se produjo el presunto abuso, aunque debido a la corta edad de los menores implicados el caso no tendrá recorrido penal y esas diligencias preliminares han sido archivadas. La Fiscalía sí pone en marcha un expediente de protección con respecto del menor autor del hecho para que el organismo competente, que en este caso es la Xunta, valore si se debe adoptar con él alguna medida, bien sea educativa, terapéutica o de atención social. Es el procedimiento marcado para actuar con los menores de 14 años que son, precisamente por no haber llegado a esa edad, inimputables.

Desde la Fiscalía se recuerda que la intervención siempre debe tener como objetivo principal el bienestar y proteger el adecuado desarrollo del menor, evitando la estigmatización. Las medidas que pueden adoptarse dependen de las circunstancias de cada caso y van desde programas de orientación y apoyo educativo que ayuden a fomentar conductas positivas en el niño a medidas de atención social, si se estima que es necesario trabajar para mejorar las condiciones familiares y sociales en las que se desarrolla; o incluso terapéuticas como tratamientos psicológicos o psiquiátricos, si se considera que lo necesita.

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