De adolescente conseguía cosas por insistir. Tampoco muchas, no nos vamos a engañar. Pedía poco. Pero reconozco que era mi táctica. Ahora que tengo en casa a alguien que ha heredado mi terquedad de entonces me compadezco de quienes tuvieron que aguantarme. Pero es que en la vida no solo funciona el «Divide y vencerás». Hay que valorar también la efectividad de ser pertinaz... Porfía, que algo queda.
Evidentemente hay que buscar un equilibrio entre la razón y la persistencia. Cuando uno cree que tiene razón no solo tiene que armarse de argumentos. También de paciencia.
¿Cómo sería ahora Ourense si hace medio siglo no se hubiesen puesto los cimientos de los estudios universitario? ¿O si hace tres décadas no hubiésemos salido a la calle —25.000 personas había en aquella manifestación— para reclamar un campus digno? Estas preguntas se las hacía Jesús de Juana el pasado viernes en el acto organizado para conmemorar cincuenta años de universidad en la ciudad.
Algo parecido pasó con el cierre del paritorio de Verín... En aquel momento, hace ahora cinco años, toda la comarca se echó a la calle para evitarlo. Y han seguido naciendo niños en el hospital. Los alcaldes del PP en la comarca no dudaron en colocarse detrás de las pancartas.
Sin embargo, con la gestión pública del centro de atención a personas con discapacidad, que se construyó con años de retraso, los populares no insistieron. Todo lo contrario: desistieron. Se rindieron. O simplemente dejaron de pensar en Ourense para pensar en política.