Melchor, Gaspar y Baltasar se despidieron de Avelina, de 84 años, a través de la ventana del hospital: «Cuando yo era pequeña no había nada de esto, ni se festejaba»

OURENSE CIUDAD

Los Reyes Magos, ayudados por miembros del Parque Municipal de Bomberos de Ourense, visitaron a los pacientes del CHUO
06 ene 2025 . Actualizado a las 18:48 h.Avelina Fernández Fernández estaba ayer feliz saludando a Melchor, Gaspar y Baltasar a través de la ventana de la sexta planta del nuevo edificio de hospitalización del CHUO. A pesar de la larga noche repartiendo regalos, los Reyes Magos no quisieron marcharse de Ourense sin realizar una última visita y saludar a los pacientes ingresados en el complejo hospitalario de Ourense. Es ya una tradición que los protagonistas de la fiesta del 6 de enero pasen por el Materno Infantil para ver a los pequeños y llevarles personalmente algunos regalos. La cara de los once pequeños ingresados en la planta tercera del servicio de Pediatría se iluminó al verlos igual que la de los dos que les esperaban en la uci. En Neonatos la sorpresa se la llevaron los padres de los tres pequeños que estaban en ese momento en la unidad.
Los Magos de Oriente estuvieron acompañados por dos miembros del Parque Municipal de Bomberos de Ourense que les hicieron de ayudantes. Desde ese servicio de emergencias se envió también un camión con una cesta extensible que sirvió para que Melchor, Gaspar y Baltasar se subieran en ella y pudieran ir pasando por delante de cada una de las fachadas del nuevo edificio de hospitalización saludando a los ocupantes adultos de las habitaciones. Algunos llevaban ya un tiempo preguntándose por qué se había instalado un camión de bomberos a las puertas del centro sanitario.
En una de las plantas asignada a los ingresos del servicio de Medicina Interna les esperaba Avelina. Ella llegó al hospital el último día del 2024 porque le costaba respirar. «Me dio una tos grandísima, tenía como si fuera una gripe», contaba esta vecina de 84 años, natural del pequeño núcleo de Paredes, en el municipio de Montederramo. «Allí cuando yo era pequeña no había nada de esto, ni se festejaba. Pero ni los Reyes, ni el Año Nuevo. Allí había más fiesta en los carnavales, pero en Navidad, casi nada», explicaba. Haciendo memoria de su infancia recordaba que, cuando llegaban estas fechas, donde más se notaba era en la mesa. «Recuerdo que a lo mejor mataban un pollo, o el cerdo, y se comía de lo que había. Nada más. Ni marisco, ni turrón ni nada por el estilo. Eran cosas que ni conocíamos. Y yo creo que en toda mi vida tuve una vez un regalo de una muñeca. Me la había traído una maestra que paraba en nuestra casa», recordaba.
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