Fue víctima de «bullying» cuando era pequeña y lo revivió cuando entraron a insultarla en su negocio de Ourense

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Alba, en la tienda Júpiter
Alba, en la tienda Júpiter Alejandro Camba

Una ourensana de 37 años,  que vivió un incidente el pasado fin de semana, quiere que su tienda sea un espacio seguro: «Aquí hay un ambiente de máximo respeto»

28 may 2024 . Actualizado a las 19:38 h.

Hace casi una década, la ourensana Alba Polo y su pareja, Daniel Romero, decidieron apostar por su sueño. Abrieron la tienda Júpiter con la clara intención de ofrecer a la ciudad un negocio especializado en todo tipo de juegos (de mesa, de rol, de estrategia, de recreación...) que además fuese un espacio seguro en el que personas de lo más diferente pudiesen encontrarse y divertirse juntas. Su idea funcionó de maravilla, hasta tal punto que hace menos de un año tuvieron que mudar el proyecto a un local mucho más grande en la calle Cardenal Quevedo. Centenares de personas se acercan cada fin de semana a jugar y disfrutar en Júpiter, pero este domingo su propietaria vivió un incidente desagradable que no ha dudado en compartir a través de las redes sociales del negocio. Lo que ocurrió es que un joven de unos 14 años acudió a la tienda acompañado de unos amigos y la insultó. «Abrimos porque teníamos un torneo y también unas jornadas de juegos en familia. A última hora de la tarde, en un momento más distendido, después de la entrega de premios, estábamos charlando unos cuantos cerca del mostrador cuando vi entrar a un grupo de chavales más jóvenes», cuenta Alba. Uno de esos niños mostró intención de preguntarle algo y la ourensana se dirigió a él para ver qué necesitaba. «Me contestó que nada y se giró hacia sus amigos decepcionado, hasta que otro de la pandilla se envalentonó y se dirigió a mí con un término que en el argot que utilizan los aficionados al videojuego Fortnite significa que eres una gorda», explica la propietaria de la tienda. Alba, que entendió perfectamente la referencia, pidió a la pandilla que se marchara de su negocio. «Se notaba que habían venido a eso, a insultarme, como si fuese una apuesta entre ellos para ver quién era capaz de hacerlo. Lo que no se esperaban es que yo comprendiese lo que me estaban llamando y reaccionase así», afirma.

«Todos hemos sido niños y hemos hecho chiquilladas y la verdad es que, a mis 37 años, no me afecta en absoluto que me llamen gorda porque ya tengo espejos en casa, pero no pienso permitir que nadie crea que puede venir a Júpiter a meterse con otro alguien. Esta es una tienda donde la diversidad abunda y para nosotros es algo maravilloso. Aquí vienen jugadores de distinta condición sexual, identidad y aspecto físico y van a encontrarse con un lugar seguro, en el que ser y expresarse con libertad y dentro de un ambiente de máximo respeto», advierte Alba, que no es la primera vez que tiene que hacer frente al bullying por su peso. «Estoy curtida en muchas batallas porque llevo toda mi vida teniendo un aspecto físico no normativo. A mí que unos niños de 14 años me digan lo que soy no me afecta en absoluto, pero voy a defender lo que es mío y en este lugar, en Júpiter, no se aceptan insultos», dice. La ourensana admite que de pequeña tuvo que hacer grandes esfuerzos para gestionar las faltas de respeto que recibía en relación a su sobrepeso y que el altercado del domingo le hizo volver a pensar en la niña que fue. «Es inevitable que no se remuevan historias en el estómago. Al final yo no solo sufrí byllying por parte de otros niños, sino que también lo recibí por parte de adultos, profesores, médicos... Lo más importante es aprender a diferenciar los comentarios que nos tienen que resbalar», comenta. 

Alba espera no volver a ver por su negocio a la pandilla que el domingo la insultó y asegura que no permitirá que se repita un incidente similar. Tras subir un vídeo explicando lo ocurrido al Instagram de Júpiter, que siguen casi 4.000 personas, la ourensana se ha encontrado con una ola de apoyo. «Me ha llamado la atención cuántos adultos aplaudían mi valentía de contar lo que pasó, argumentando que ellos no sabrían cómo reaccionar», dice. «Creo que es un trabajo diario aprender a rodearte de gente que sepa valorarte y que ese grupo sano es lo que te da la fuerza para ser tú mismo. Júpiter está plagado de gente así, tolerante, valiente y libre y no contemplo que haya otra cosa», termina.