Suárez Cake acaba de montar su espacio en la calle Ramón Cabanillas, en el que vende sus famosos pasteles
27 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El ourensano Anxo Suárez cambió la informática por la repostería durante la pandemia. Descubrió por casualidad que lo suyo eran las tartas de queso después de haber cocinado más de setecientas, encontró la definitiva. La suya es una tarta de queso estilo americano, que lleva una capa crujiente de galletas con mantequilla por debajo. El exterior es tostado y el interior completamente cremoso, se desparrama cuando se sirve en porciones. Se llaman Suárez Cake y Anxo empezó vendiéndolas a través de Instagram. Tuvieron tanto éxito que Anxo se planteó abrir un punto de venta al público. En aproximadamente dos meses hizo realidad ese espacio. Está en la calle Ramón Cabanillas, justo frente a la estatua de los Ramones, y es un pequeño obrador con despacho en el que encontrar el paraíso de las tartas de queso.
Es la primera tienda de esta clase en Ourense y levantó la persiana el pasado viernes, días antes de Navidad. «La verdad es que la acogida no podía ser mejor. No me esperaba que hubiese tanta gente, fue increíble. Estamos muy sorprendidos», afirma. Habla en plural porque en esta aventura cuenta con la ayuda de su pareja, Rita Lorenzo. «Sin ella habría sido imposible montar todo. Es un pilar fundamental para mí», reconoce Anxo.
En Suárez Cake venden las tartas por porciones, a 6 euros, y también tienen cada día recién hechas en tamaño pequeño, que cuestan 13 euros. «Las medianas (desde 30 euros) y las grandes (desde 39) hay que encargarlas porque esto es un obrador pequeñito y todo lo hacemos artesanal, así que necesitamos tener un margen», afirma el ourensano. Las que habrá siempre serán cinco: la de queso clásica, la de Oreo, la de Nutella, la de pistacho y la de dulce de leche. «Luego tendremos una especial del mes y más adelante añadiremos de quesos gourmet», admite. Por ahora la tienda está funcionando de maravilla. «El domingo, Nochebuena, en 40 minutos vendimos todas las tartas. Cuando abrimos había cola», termina Anxo.