Los juicios rápidos por delitos leves permiten ventilar asuntos variopintos en pocos minutos sin alargar los procedimientos a meses o años
29 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La Justicia en España tiene fama de ser lenta, pero también tiene fórmulas y jurisdicciones que permiten que en una mañana se solventen unos cuantos asuntos que, por otra vía, llevarían meses o años de tramitación. Una jornada de juicios por delitos leves —los que antes se calificaban como faltas— permite sentenciar o archivar en unos minutos cuestiones de lo más variopinto de forma más dinámica que en los procedimientos ordinarios.
Ante un auditorio compuesto por estudiantes de primero de Bachillerato de la Universidad Laboral, el juez de instrucción del juzgado uno de Ourense va dando paso a los juicios rápidos de la jornada. Asiste el fiscal y no es obligatorio que haya abogado, aunque un par de letrados comparecen para defender los intereses de sus representados.
En un caso de dos hurtos de perfumes cometidos en una tienda ourensana el pasado verano, el acusado declara por videoconferencia desde la prisión. El denunciante ratifica la denuncia y el valor de lo sustraído y el denunciante admite que lo hizo. «Lo reconozco. Está mal. Me los llevé en una bolsa de cartón. En aquel tiempo tuve una recaída y ahora estoy en desintoxicación», alegó. Le imponen 180 euros de multa y la devolución del valor de las colonias robadas (188 euros). El acusado dice que podrá hacerlo porque el mes que viene empezará a trabajar en una cafetería. Reitera su arrepentimiento y pide al juez que interceda por su libertad. Sin embargo, no es por los hurtos por lo que está en prisión, por lo que no corresponde a este magistrado decidir ese aspecto.
A continuación, entra una pareja que llega a juicio por una pelea. Le ofrecen al denunciante la opción de perdonar. Entre suspiros, acepta: «La perdono».
No ocurre lo mismo en el siguiente caso. Una mujer reclama que le han estafado más de 200 euros en un pago por Bizum. El denunciado, que ha sido citado, no comparece. El fiscal explica que, al no ser una cantidad en efectivo, las estafas deben tramitarse por procedimiento ordinario con diligencias previas. Le explican a la denunciante que puede renunciar o esperar meses por la otra vía de tramitación. «No tengo prisa», dice. La denuncia irá por una vía más larga.
En el siguiente asunto es el denunciante el que no acude, circunstancia que aprovecha la abogada del acusado para pedir que no se suspenda el juicio. Consigue una sentencia absolutoria para su representado.
En otro tema, dos mujeres entran en la sala. Una denunció a la otra porque se quedó un sobre con dinero que la primera se había olvidado en el autobús. El abogado de la denunciante anuncia que se conformará conque le entreguen el dinero consignado en comisaría. La denunciada lo había devuelto y el asunto queda zanjado sin tener que celebrar el juicio.
Otro caso de estafa de pequeña cuantía, 50 euros, se salda con condena para el denunciado, aunque no se presenta al juicio. La encargada de una estación de servicio es la que presenta la denuncia y explica que hay imágenes en las que se ve al acusado pedir dos recargas de 25 euros cada una en una cuenta en línea que se usa para apuestas deportivas. En las grabaciones se ve que saca el móvil para hacer que va a abonar las recargas, pero se va sin pagar. «Coge el coche y se marcha», afirma la encargada que reclama la devolución. Al acusado ausente le impoenn una multa por un delito leve de estafa de 450 euros y la indeminización a la gasolinera con 50 euros.