Xosé Rúas Araújo, profesor de Comunicación Política: «El voto rebelde de los chavales ahora es el de las pulseritas de España»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

CAPOTILLO

Cree que en política cotiza más «ser odiado que ignorado» y que Pedro Sánchez lo sabe bien «y por eso sus campañas son de levantar pasiones»

13 jun 2023 . Actualizado a las 20:06 h.

Xosé Rúas Araújo (Coles, Ourense, 1970) dice que es bastante mejor médico que paciente. Habla metafóricamente. Porque él no estudió Medicina, sino que es profesor de Comunicación Política en la Facultad de Ciencias da Comunicación de Pontevedra y a lo que se refiere es que lo suyo es estar en la trastienda de las campañas electorales, cosiendo estrategias, más que en la política activa. Emana cierto desencanto su frase teniendo en cuenta que viene de ser concejal cuatro años en Ourense por el PSOE y que a la pregunta de que si sigue siendo afiliado socialista contesta con un «de momento, sí». Comenzamos hablando de Pedro. Sánchez, cómo no. Porque quizás alguien que estudia al milímetro la comunicación política pueda decir si es «una genialidad o un suicidio político», como se escucha a pie de calle, el adelanto electoral dado a conocer justo en plena resaca del 28M.

—Es especialista en comunicación política, ¿acierta Sánchez con el adelanto electoral?

—Está por ver, no tengo la bola de cristal. Pero Pedro Sánchez tiene ese aura de hombre resistente a todo y con esa baza ha jugado. Es un órdago al todo o a la nada. Y es un doble plebiscito para él, tanto interno en su partido como exterior, va a tener que demostrar si todavía es capaz de retener su liderazgo. Este anuncio tiene aspectos positivos, coge a la izquierda del PSOE, a Podemos, en un mal momento, y a la derecha con su líder, Núñez Feijoo, sin una posición consolidada. Pero también se puede interpretar como una huida hacia adelante de Sánchez al ver que se le hacía responsable de los resultados del PSOE en el 28M. Insisto en que es una jugada de póker, un órdago al todo o a la nada.

—¿Entonces cree que o saldrá con una victoria contundente o fracasará... no habrá medias tintas en los resultados?

—A ver, con los resultados es diferente. Podemos vernos fácilmente en una nueva situación de ingobernabilidad. Va a tener mucha importancia lo que hagan los nacionalismos, tanto el vasco como el gallego y también el BNG. Y un factor importante va a ser la abstención, si se produce o no por el factor verano. Hay muchas incógnitas porque hay mucho voto oculto. Y porque hay muchas cosas que están cambiando. Tenemos que asumir que hay gente de izquierdas, que apoyó al PSOE en su día, que está votando a Vox. Pasó en Andalucía, en Galicia no se vio, pero puede suceder en las generales. De hecho, pasa en casi toda Europa.

—¿Qué lleva a alguien que fue de izquierdas a apoyar a VOX, cómo se produce ese cambio?

—Por el voto de bolsillo, que es el más común. La clase media pierde poder adquisitivo y pasa a votar a la opción con la que cree que no lo va a perder. Es difícil que, ante un escenario de inflación, miremos hacia la subida de las pensiones, del salario mínimo o de la gratuidad de los trenes, por poner solo tres ejemplos, y no a la cesta de la compra. Cada vez hay menos electores yonkis, que son esos que da igual lo que hagan sus líderes, que los siguen siempre. Y el bolsillo influye. Yo diría que el peso de la ideología va a menos y entra en juego el voto de castigo extremo, que sería el de Vox. Es un voto que en muchos casos es de rebeldía.

—¿Es rebelde votar a VOX?

—A ver, en su día, en España fue rebelde votar a Felipe. En Galicia, lo rebelde era luego Beiras con su zapato en el Parlamento. Y por lo que yo veo, tanto en la facultad como en la calle, ahora el voto rebelde de los chavales es el de las pulseritas de España... si hasta se las ponen porque con ellas ligan más... En las aulas de la Universidade vas viendo cosas. Hay alumnos que te piden que el examen sea en español... esos detalles están pasando.

—Venimos de una campaña electoral y pronto nos meteremos en otra, ¿influyen decisivamente en el voto o no?

—No está claro que una buena campaña electoral ayude a ganar unas elecciones. Pero lo que sí está totalmente estudiado es que una mala campaña puede hacer que se pierdan unas elecciones. Hay que llegar a ese punto con una estrategia, lo importante es ganar e imponer el relato. Ahora mismo estamos viendo que triunfa el discurso bastante plano y fácil. Y también el que es raro, el friki, el que cuenta cosas muy distintas y se maneja bien las redes sociales. Estamos también en un momento muy emocional, donde esto va de levantar muchas pasiones.

—Votar por pasión y no por razón, ¿puede ser la idea?

—En política está claro que lo peor es resultar indiferente. Es mejor ser odiado y que hablen de ti a que te ignoren. De ahí que estén en apogeo los líderes que lo fían todo más al producto que a la marca, como Pedro Sánchez. El problema es que, cuando falla el producto, hay que analizar el daño que se le puede estar haciendo a la marca.

—Hablaba de los mensajes frikis, del discurso fácil... Usted es de Ourense, y viene de ser concejal del PSOE en la ciudad ¿qué pasa con Jácome y su subida electoral?

—Creo que para entender lo de Jácome hay que ir más allá de Jácome. En Ourense se presentaban, tanto por el PP como por el PSOE, dos personas del pasado. Los mayores de 45 años veían los carteles y se preguntaban «¿quen son estes vellos?». Segundas partes dicen que nunca fueron buenas y buscar en el pasado respuestas para el futuro no suele ser bueno. Los chavales y mucha otra gente tenían en los carteles a dos señores de 70 años y también a Gonzalo Jácome, que básicamente les ofrece pan y circo. Y el pan y circo siempre han funcionado. Ha llevado a la Panorama, ha hecho una Navidad siguiendo los pasos de Caballero... su fórmula ha resultado. Todos debemos tomar nota. Jácome está entre los políticos con más seguidores en Tik Tok. Cuenta algo y a los pocos minutos miles de personas se han enterado.

—Como especialista en comunicación política, diga cuál es el modelo a seguir, cuál es su político preferido en cuanto a imagen y capacidad de expresión...

—¿De España? Tendría que meditarlo. Del mundo lo tengo claro, se lo digo a mis alumnos. Les pongo como ejemplo al presidente de Canadá, Justin Trudeau.

«En Pontevedra, el voto pródigo del PP, que en su día benefició a Lores, ha vuelto a casa»

Xosé Rúas comparte despacho en la facultad de Ciencias da Comunicación de Pontevedra con Iván Puentes, el candidato socialista de Pontevedra, al que le une también una amistad y la afiliación de ambos al PSOE. Así que preguntarle por cómo vio la campaña electoral en la urbe del Lérez parece complejo. Aún así, él no tiene problema en responder.

—¿Cómo vio a los líderes pontevedreses en esta campaña?

—Bueno, Iván es muy amigo mío y, claro, es difícil juzgar. Pero al margen de ello creo que hizo una buena campaña. Le funcionó el puerta a puerta, el contacto personal, y creo que por ello logró subir un concejal en un momento en el que la onda general jugó en contra del PSOE. Lores y el BNG creo que hicieron una campaña de perfil bajo, un poco de pasada, como si se confiasen demasiado. Y, en cuanto al PP, creo que lo más destacable es que su voto pródigo, que en su día benefició a Lores, que recibió mucho apoyo de personas que querían castigar a Juan Luis Pedrosa y a la Xunta, está volviendo a casa.

—Viene de estar cuatro años en la política activa después de toda una vida como periodista especializado en política y posteriormente como profesor universitario, ¿es mejor ver los toros desde la barrera?

—Sí. Es mucho más fácil dar consejos que seguirlos. Por eso digo que yo soy mejor médico que paciente. Además, yo vengo de Ourense, que es un sitio complejo, donde internamente también tuvimos lo nuestro. No es fácil.

—Pero a los políticos le cuesta retirarse, ¿tienen la asignatura pendiente de entender cuando ya están de más o les ve capaces de marcharse antes de que les enseñen la puerta de salida?

—La mayoría no son capaces de entender que pasó su momento. Algunos sí lo hacen, pero normalmente después de una derrota. Acabamos de ver a Bugallo, por ejemplo, que entendió el mensaje de los ciudadanos.

—Porque los votantes no se equivocan, ¿o cree que sí?

—Lo dice la canción portuguesa: «O pobo é quen máis ordena». No, el pueblo no se equivoca. Otra cosa es que calen los populismos. O que cada vez sea más difícil hacer frente a los bulos y la desinformación. Antes de cuando en vez había desinformación a través de medios tradicionales, pero es que Internet y las redes sociales lo cambiaron todo. Ahora mismo es muchísimo más fácil intoxicar y propagar un bulo. Y en el panorama político eso sucede de forma continua.