Alumnos del CIFP A Farixa desarrollan un sistema para controlar una línea industrial de envasado y empaquetado de productos

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Roberto Castro explicando el funcionamiento de los sistemas incorporados a la maqueta original
Roberto Castro explicando el funcionamiento de los sistemas incorporados a la maqueta original F. Ulloa

En el proyecto, que recibió el apoyo del Ministerio de Educación y Formación Profesional, trabajaron también centros de Burgos, San Sebastián y Valladolid

01 jun 2023 . Actualizado a las 18:00 h.

Formar a los los futuros profesionales de manera más proactiva y pegada a la realidad del mercado. Esa es la razón que llevó al CIFP A Farixa a desarrollar un proyecto de innovación vinculado a los procesos industriales de última generación. La iniciativa, que se puso en marcha durante este curso, ha culminado en la presentación de una especie de minifábrica, una línea automatizada de envasado y empaquetado de productos que resume el trabajo desarrollado partiendo de un modelo básico adquirido a la multinacional SMC. Además del trabajo realizado por los alumnos del ciclo superior de Automatización y Robótica Industrial de este centro de formación profesional ourensano, en el proyecto han participado otros tres institutos españoles: el IES Galileo de Valladolid, el Salesianos Urnieta de San Sebastián y el Simón de Colonia de Burgos. Juntos presentaron la idea a la convocatoria del Ministerio de Educación y Formación profesional y consiguieron una financiación de 179.000 euros de los fondos Next Generation para llevarlo a cabo. «A maior parte da inversión foi para adquirir o prototipo, porque doutra maneira os centros non temos fácil conquerir estes recursos», matiza Ángel Benito Álvarez, el profesor del departamento de Electrónica que coordinó el trabajo en el centro de formación profesional ourensano.

De ese diseño básico partió Roberto Castro Carnero, el alumno de A Farixa que se encargó de desarrollar y aplicar un sistema de control y monitorización de gestión de pedidos. Integró en el equipo original una pantalla que permite hacer un seguimiento de todo el proceso, interactuar con la máquina y conocer ten tiempo real si se produce una avería y dónde; se completó el proceso industrial con funciones que no tenía el modelo original e incluso integró un brazo robótico a la maqueta original adquirida a la multinacional. «Lo que se hizo fue cambiar completamente el programa de trabajo que traía la máquina, que era muy simple, añadiéndole un sistema de gestión de pedidos en el que se pueden fijar los contenedores que se quieren, identificados por códigos de barras para que los lea la máquina, y con el peso prefijado de producto que queremos poner en cada uno. También le integramos la pantalla con el ordenador para que pudiera verse lo que está haciendo en todo momento y que el operario pueda interactuar. El brazo robótico se añadió para que pudiera coger esos contenedores vaciarlos y volverlos a almacenar para el siguiente pedido, para hacer un circuito cerrado», relata este joven ourensano de 39 años.

Roberto Castro Carnero, junto a la máquina en la que integró nuevos procesos inteligentes de gestión de pedidos y control de la producción
Roberto Castro Carnero, junto a la máquina en la que integró nuevos procesos inteligentes de gestión de pedidos y control de la producción F. Ulloa

Roberto Castro Carnero está completando su segunda titulación en el centro ourensano. La primera fue en Electricidad Industrial. «Estuve trabajando cerca de quince años y cuando me quedé en paro me decidí volver a estudiar y optar por la robótica», cuenta. La razón es que en los últimos tres años en activo estuvo trabajando como programador de PLC (siglas en inglés de control lógico programable) y le gustó tanto que decidió acreditar sus conocimientos para entrar en ese ciclo formativo. Ahora confía en que el esfuerzo invertido en el trabajo de fin de grado con este proyecto le ayude a volver al mercado. «Espero que me lo valoren bien y conseguir el título, porque siempre es más fácil encontrar trabajo si lo tienes», señala.

Para lo que sí servirá su esfuerzo es para que en los siguientes cursos los alumnos puedan seguir avanzando con ese prototipo que él ayudó a completar. José Manuel Paredes, director del CIFP A Farixa destacaba ayer, durante la presentación de resultados, el valor de esa formación activa que permite que los futuros profesionales salgan ya preparados para los retos que les plantearán en las empresas. «Este tipo de proxectos son unha ferramenta excepcional para que alumnado adquira experiencia real na aplicación de coñecementos e habilidades desde un primeiro momento, ampliando as súas perspectivas de empregabilidade ao remate dos estudos», dijo José Manuel Paredes. «Xa que se pudo conquerir un material para o centro, que o utilicen, que para eso está», remachaba el coordinador del proyecto en Ourense, Ángel Álvarez.