Acusan a la cuidadora de un colegio de Ourense de obligar a comer a un niño autista de tres años: «Le ponía la rodilla para inmovilizarlo y le agarraba los brazos»

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE

OURENSE CIUDAD

La acusada durante el juicio celebrado en mayo del 2023 en Ourense
La acusada durante el juicio celebrado en mayo del 2023 en Ourense M. FERNÁNDEZ

Los padres afirman que desde que llegó la trabajadora el menor cambió y lloraba siempre que iba al centro escolar

05 may 2023 . Actualizado a las 16:39 h.

La familia de un niño con trastorno del espectro autista que tenía tres años cuando ocurrieron los hechos acusa a una cuidadora del comedor del centro escolar de Ourense en el que estaba matriculado de haberlo tratado de forma degradante. Los allegados del menor sostienen que la educadora obligaba a comer al pequeño utilizando una fuerza desproporcionada y unos métodos poco ortodoxos, reclamando para ella dos años de prisión.

El asunto se remonta al mes de noviembre del año 2019. El niño había estado escolarizado en el centro público de infantil y primaria desde el mes de septiembre y, según su madre, siempre había ido contento al colegio. Todo cambió cuando llegó una nueva cuidadora. «No se quería vestir, me era imposible bajarlo del coche cuando llegábamos al colegio, lloraba sin parar», relató su madre este viernes en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 1. También la terapeuta que lo trataba advirtió un cambio a peor en su comportamiento y le pidió a los padres que estuvieran atentos. En esas fechas a la progenitora la llamaron otras madres del centro. «Me dijeron que no les había gustado lo que habían visto en el comedor, que la nueva educadora obligaba a comer a mi hijo, que le sujetaba las manos y le ponía la rodilla para inmovilizarlo», explicó la testigo visiblemente nerviosa. Enseguida llamaron al colegio y se entrevistaron con el director, en un encuentro al que también acudió la acusada, Isabel P. F. «Paseime un pouco, síntoo, non volverá a pasar», les dijo la imputada en esa reunión.

Después de aquello al niño lo cambiaron de colegio. «Tuvo un cambio de actitud tremendo», constató también el padre en relación a las fechas en las que la acusada se hizo cargo de él. Aseguró en la sala de vistas que, aún hoy, cuando pasan delante del centro escolar su hijo llora. El progenitor explicó que su hijo padece autismo en grado 3 y que no es capaz de hablar.

Varias testigos que trabajaban en el comedor o eran integrantes del AMPA, ratificaron haber visto a la acusada tratar mal al pequeño en el comedor. «El niño se caía al suelo y ella no lo recogía, seguía dándole de comer allí», relató una de ellas, asegurando que el menor trataba de resistirse. «Lloraba constantemente, tenía un rechazo total hacia ella».

Aunque según los familiares y algunos testigos la conducta impropia de la educadora habría sido frecuente, varias madres habrían presenciado, en concreto, un incidente ocurrido el día 29 de noviembre. «El niño no quería comer, pero ella lo obligaba; con una mano le agarraba las manos y con la otra le daba la comida. Me pareció que no estaba actuando bien y se lo dije». Otra progenitora añadió que, aquel mismo día, escuchó a la acusada decir al alumno que «por sus narices iba a comerse el plato».

Aunque la acusación particular ve en los hechos un delito de trato degradante a un menor, con las agravantes de abuso de confianza y superioridad, la Fiscalía de Ourense solo se ciñe al episodio de noviembre, que califica como un delito leve de maltrato. «Hizo un uso inadecuado de la fuerza», le reprochó esta parte a la investigada, que no quiso decir ni una sola palabra en la vista.

La defensa no ve delito

Su abogado, eso sí, pidió su libre absolución. Considera que fueron «hechos puntuales» y cuestionó la declaración de las testigos, asegurando que unas decían que su clienta sujetaba las manos del niño por detrás y otras que lo hacía por delante. «No se ha probado daño moral», dijo en relación a la petición de 6.000 euros de indemnización que hace la familia. La letrada de la Xunta, demandada como responsable civil, alega que a la acusada ya se le abrió un expediente por lo ocurrido, que terminó con un «apercibimiento».