El tirón del roscón de Reyes en Ourense: «Estamos casi 24 horas elaborando sin parar. Vendemos unos 1.400»

Hay un postre que no suele faltar en ninguna mesa los días 5 y 6 de enero: el roscón de Reyes. Y en la confitería Arva de Ourense del barrio de A Ponte lo saben bien, pues es muy conocida por vender uno de los mejores roscones de la ciudad. Por eso, con la llegada de Sus Majestades, la esquina de la calle José Antonio Moretón -en la que se ubica esta pastelería- se llena de gente que espera su turno formando una cola kilométrica. «Entre los dos días suele pasar una media de mil personas y vendemos alrededor de 1.400 roscones. Algunos llevan 4 o 5 para repartir», explica María del Mar Maceiras, la gerente del negocio. Los más demandados son los normales, pero también los hacen rellenos de nata, trufa o crema. 

El número de roscones que venden está totalmente ligado a lo que la producción permite, pues entre tres personas en el obrador y dos en el mostrador se encargan de dar salida a este dulce típico que marca el fin de la Navidad y de los excesos de comida. «Del día 5 al 6 estamos prácticamente las 24 horas trabajando sin parar para hacer los máximos posibles, unas dentro elaborando y otras fuera distribuyendo», indica María del Mar. Aunque quieran hacer más son diez manos y una receta con unos tiempos muy estrictos de fermentación. «Es un trabajo muy laborioso y largo, no podemos apurar la masa, hay que seguir y respetar todos los pasos para obtener un producto de calidad», añade. 

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Estas dos intensas jornadas de trabajo son las únicas del año en las que no aceptan encargos. Antes sí lo hacían, pero se vieron obligadas a tomar esa decisión aunque perjudique a los clientes. «La gente no se comprometía con el horario que le establecíamos para la recogida, algunos tenían a las diez y aparecían a la una, otros por la tarde, etcétera. Entonces, nos veíamos desbordadas, desorganizadas y con el obrador lleno de roscones sin tener sitio para sacar las nuevas hornadas. Ahora se van despachando según los hacemos», confiesa la gerente de la confitería. Por eso, también agradece a aquellos que esperan al frío varias horas y se arman de paciencia.

El secreto del éxito está en los ingredientes y en la forma de elaborarlo: «Hacemos un trabajo 100 % artesanal. La materia prima es muy buena porque no utilizamos productos congelados, tampoco colorantes ni conservantes. Simplemente mantequilla, huevos, azúcar, harina y levadura. Aunque tenemos máquinas hacemos parte del trabajo con nuestras manos. Cada vez quedan menos pastelerías en Ourense que realizan una labor así», destaca. 

Con respecto al precio, en esta ocasión, no les queda otra que aplicar una pequeña subida. «La harina y la mantequilla nos cuesta el doble que hace un año, y los huevos el triple. Por no hablar de las facturas de la luz. Creemos que la gente lo entenderá porque ha subido todo, nosotras no nos podíamos permitir mantenerlos», lamenta María del Mar. 

Otra de sus especialidades son los turrones artesanos: «El más demandado es el de licor café, pero también los hay de crema de orujo, pistacho, galleta, frutos secos y muchas más variedades. Hay para los gustos de toda la familia», comenta María del Mar. También elaboran figuras de mazapán, almendros, bombones, troncos de trufa y numerosos postres típicos de estas fechas que cuentan con mucha demanda. De hecho, el día de Nochebuena cientos de clientes también pasaron por la confitería para llevarse alguno de ellos.

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Después de dos fines de semana con tanta afluencia de gente las expectativas para Reyes son buenas. «Como cada año contamos con agotar todos los roscones», concluye la gerente. La idea es recuperar las pérdidas de las Navidades pasadas, pues el 6 de enero se averió el horno y perdieron su mejor jornada del año. 

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La Voz

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